martes, 1 de enero de 2013

La Batalla del Trocadero


Cuando al fin termina la Guerra de la Independencia y el rey Fernando VII puede retornar a España en la fecha marzo del año 1814, las cortes, en un escrito que suscribieron 69 diputados, pidieron al monarca la confirmación del texto Constitucional aprobado en Cádiz. El rey desoye tales demandas, disuelve las Corte el día 10 de mayo siguiente y hace encauzar a los diputados liberales que se muestran más intransigentes a las medidas monárquicas adoptadas.

Mantuvo el régimen monárquico hasta el año 1820, en cuyo mes de enero el general Riego se subleva en las Cabezas de San Juan y proclama la vigencia de la Constitución del año 1812. Ante esta situación y con la frase “marchemos todos, y yo el primero, por la senda constitucional” Fernando VII juró la Constitución de Cádiz el día 7 de marzo., lo que dio lugar al trienio liberal 1820-1823.

Esta situación no agradó a las monarquías europeas que trataban de sofocar cualquier atisbo de liberalismo que pudiese poner en riesgo los regímenes absolutista establecidos, de tal manera que en el congreso de Viena decidieron luchar para sostener el legitimismo de las monarquía.

El Congreso de Viena, en el año 1822, se le encomendó a Francia la intervención en España en auxilio del rey Fernando VII, que había mostrado su apoyo a invasión del territorio español el 7 de abril del 1823, por parte de las tropas francesas.

El pueblo español, que quince años antes había recibido combatiendo, heroicamente a los soldados de la misma nación, en esta ocasión no encuentra motivos para mostrar su resistencia, tanto es así que los llamados “Cien Mil Hijos de San Luis” avanzan por el territorio español como si de un paseo militar se tratase. La invasión de los 100000 hijos de San Luis, la más formidable injerencia en los asuntos internos de un país desde la época de Napoleón, hubo de sufrirla España por haberse situado a contracorriente de la Europa de la Restauración, osando establecer un régimen liberal que llevó la preocupación al absolutismo reinante.

Ante esta situación el gobierno se desplaza hacia el sur peninsular, como medida de precaución que las Cortes y el Poder Ejecutivo se ubique nuevamente en Cádiz, plaza que se consideraban lo suficiente fortificada como para evitar la agresión del ejército francés. El rey se negó a secundar los movimientos del gobierno, pero al fin fue conducido hasta la capital gaditana.

Las tropas francesas solo tardaron tres meses en recorrer todo el territorio español. En esta ocasión las tropas monárquicas del país vecino, no causaron el terror que 13 años antes habían impuesto los ejércitos de Napoleón.

En julio del 1823, llegan a Puerto Real. Angulema fue más comedido, sutil y práctico en el sentido de que durante los tres meses que duró el sitio a Cádiz, estableció un impuesto a los vecinos de Puerto Real, a los que obligó también al aprovisionamiento del ejército, hombres y caballería.

Desde Cádiz se había tomado serias medidas para evitar una reproducción de la experiencia vivida con motivo de la Guerra de la Independencia, de que no fuese bombardeada la ciudad desde las mismas posiciones anteriores, Matagorda y el Trocadero. Con dicho fin se habían excavado el  Caño de Cortadura en el pinar de la Algaida y se construyó también el fuerte de San Luis en el extremo de la Isla del Trocadero próximo a la bahía, al cual se dotó de una importante guarnición militar.

El Caño de Cortadura que se había planteado inicialmente como una defensa infranqueable no cumplió con las expectativas previstas, no impidió el paso de las tropas que dirigía Angulema.
Las tropas que dirigía Angulema eran superiores al español, tanto en medios humanos como de recursos bélicos, lo cual inclinó la balanza de la batalla a favor de los franceses.

Superada la primera línea defensa, el siguiente baluarte que quedaba por parte española era el fuerte de San Luis. En conquistar este punto de vital importancia puso Angulema todo su esfuerzo, marcando una estrategia que le dio el resultado que esperaba. La distancia entre Cortadura y el Trocadero estaba cubierta en buena medida por marismas y salinas.

A pesar de la precaución operativa, los enfrentamientos fueron inevitables y trágicos, el 16 de julio de 1823, entre las seis y la siete de la mañana se produjo un encuentro, en el que tuvo que pactar con el mando francés para suspender las hostilidades y retirar los cadáveres y heridos.

El verdadero asalto al Trocadero tuvo lugar a finales de agosto. El asalto final fue trágico para los españoles, entre los que cundió la confusión y el desorden.
En el Trocadero se estaba liberando mucho más que una batalla entre dos ejércitos, del resultado de aquella contienda dependía la permanencia de las libertades constitucionales, o el establecimiento del absolutismo monárquico.

El nombre del Trocadero resonó en todo el ámbito europeo, la gesta heroica de los soldados españoles fue tenida en cuenta, había sido el único fuerte que afrontó con valentía el asedio del ejército francés. En Europa, liberales y monárquicos estaban pendientes del desenlace final de esta batalla, cuyo resultado fue definitivo.

Tomado el Trocadero, las baterías del fuerte de San Luis se utilizaron para bombardear a Cádiz.
Angulema y una parte de su ejército se dirigieron a Chiclana, los constitucionales se rindieron sin ofrecer resistencia, con lo cual el ejército francés se dirigió a la Isla de León, para así iniciar su ataque a Cádiz a través del istmo que une las dos ciudades.

Al ataque a la Isla de León, Angulema fue informado de que el rey había sido puesto en libertad por los Constitucionales y se encontraba en la ciudad del Puerto de Santa María, donde acudió a reunirse con el monarca liberado.

Por R.D. el rey Fernando VII con fecha 2 de octubre de 1823, se ordena la entrega incondicional de los ejércitos liberales constitucionales ubicados en toda la zona, quedando restablecida la monarquía absolutista.
La trascendencia de esta batalla superó los Pirineos.

El espacio donde más se luchó por la libertad constitucional conocido por la Isla del Trocadero, en la cual estaba ubicado el fuerte de San Luis, en la que murieron unos 500 españoles, heroicamente en una noche de agosto del año 1823, solo queda unas ruinas, abandonadas e ignoradas.



LUIS FERNÁNDEZ DE CÓRDOVA CONTRIBUYE A LA TOMA DEL TROCADRO.

Luis Fernández de Córdoba se había refugiado en Francia. En la etapa final del Trienio participó en los intentos de crear una nueva Regencia, que presidiría Carlos Luis de Borbón, Infante de Lucca., y cuyo propósito era evitar la intervención francesa en España. Este proyecto no prosperó.

Más tarde, Córdova se incorporó a las tropas de Angulema que sitiaron Cádiz, participando en el asalto al Trocadero. Quien había defendido a su ciudad y al Rey absoluto en La Cortadura frente a los revolucionarios de 1820 volvía a Cádiz en calidad de sitiador y junto a las tropas de un ejército contrarrevolucionario francés dispuesto a terminar con lo que había significado el liberalismo gaditano y la Constitución de 1812

Defendía El Trocadero el coronel Grases, al frente de 1500 hombres, y entre los defensores se encontraban el teniente de artillería Francisco Luján, hijo del primer secretario de las Cortes de Cádiz. 

También defendió El Trocadero Manuel Cortina y Arenzana, que había acompañado a las Cortes y al Gobierno hasta Cádiz.

Los franceses tomaron al asalto el Trocadero en la noche del 30 al 31 de agosto y, abatida la principal defensa de Cádiz, cayeron a continuación los fuertes de Luis, Matagorda y el castillo de Sancti Petri. La suerte del régimen constitucional estaba echada. Los franceses ponderaron exageradamente esta acción militar, pues convenía a los Borbones restaurados enaltecer este primer triunfo de su bandera y ya que no pudieron incluir a Cádiz entre las victorias napoleónicas grabadas en el Arco del triunfo, se desquitaron dando el nombre de Trocadero a una hermosa plaza parisina.

La caída del Trocadero produjo en Cádiz una penosa impresión, a pesar de saberse que las defensas de la ciudad no resistiría mucho frente al poderoso ejército de Angulema.   

 la isla del Trocadero

Información sacada del libro: "Historia Facinante del Trocadero" de la biblioteca Municipal José Celestino Mutis de Cádiz del autor Gaspar Catalán Fabero.


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