miércoles, 20 de agosto de 2014

CÁDIZ Y LA LENGUA ESPAÑOLA

En Cádiz, evidentemente, se habla el español. Los gaditanos, para expresarnos y comunicarnos, empleamos la Lengua Española, cuya estructura peculiar la de coherencia y armonía, y garantiza que podamos entendernos cerca de trescientos millones de habientes, o algo más.

Cádiz, además no solo se caracteriza por su manera peculiar de articular determinados sonidos significados a ciertos vocablos ya existentes, sino que, incluso, es capaz de crear términos que como los adjetivos cursi o liberal pasan a integrar el patrimonio común de la Lengua Española.

Aquí se han acuñado expresiones que, totalmente lexicalizadas como por ejemplo, “Despedirse a la Francesa”, “Viva la Pepa”, “Ir por atún y a ver el duque, Llovió más que cuando enterraron a Bigote”, “Acabará como el rosario de la aurora”, etc, se repiten con fidelidad en todo el dominio de habla castellana.

No es extraño, por lo tanto, que en Cádiz hayan surgido, a lo largo de su historia, estudios notables que se han ocupado de la Lengua Española y de su singular hechura en este rincón luminoso de la península. Recordemos los nombres de José Vargas Ponce, Adolfo de Castro, José Joaquín de Mora, Juan José Arbolí, Eduardo Benot, etc.

El libro El habla de Cádiz el trabajo del profesor Payán Sotomayor dialectólogo y gaditano, traza, de manera precisa y clara, el perfil de modalidad peculiar gaditana en el uso del español. El carácter fundamentalmente divulgativo de esta obra no disminuye su valor científico que se apoya en un amplio inventario de datos recogidos minuciosamente y analizados con rigor, y en la aplicación escrupulosa de un método suficientemente contrastado.

Al patrimonio común de la Lengua Española, que es, al mismo tiempo, unidad y diversidad, José Antonio Hernández Guerrero dice que tenemos que alejar de nosotros los recelos excesivos por la descomposición de la lengua, ya en el siglo pasado, sobre todo gramáticos hispanoamericanos como Bello y Cuervo, manifestaron sus temores de que la Lengua Española se fraccionara inevitablemente. También la lengua depende de nosotros, somos nosotros, nosotros los hablantes, los que llevamos el idioma hacia abajo o hacia arriba,.


Esperemos que esta obra contribuya a que el habla gaditana se conozca y se use con mayor precisión; el dialecto andaluz se valore debidamente, y que, en consecuencia, la Lengua Española gane en riqueza, variedad y dinamismo expresivos, adquieren en los hablantes de Cádiz otro matiz u otra acepción que consideran peculiar y característica.

INFLUENCIA DEL CALÓ

La confusión conceptual y terminología entre caló y germanía es enorme. Vacila el mismo DRAE, que cae en contradicción a la hora de clasificar los términos procedentes de uno u otros lenguajes. Con frecuencia se identifica el lenguaje de germanía con el caló y viceversa. Pero la lengua de los gitanos, emparentada con el sánscrito y conocida España con el nombre de caló, nada tiene que ver, ni por su origen ni formación, con la vieja germanía castellana. Esto no es obstáculo para que hayan existido y existan todavía interrelaciones e influencias mutuas por la comunicación que se ha podido establecer entre estos grupos marginados, obligados muchas veces a vivir en la cárcel.

Esta misma ósmosis lingüística se ha dado entre los gitanos que se asentaron en Andalucía y el pueblo andaluz, producto de una buena convivencia. No es extraño, entonces, que podamos constatar claramente una gran influencia del caló en el habla de Cádiz, sobre todo en los sectores en que se manifiesta con matices de popularidad.


INFLUENCIA DEL CONTEXTO MARINERO DE LA CIUDAD DE CÁDIZ.

El contexto es fundamental en cualquier proceso de comunicación, no solo porque en todas las lenguas existentes palabras que pueden tener varios significados, sino también porque hay muchos vocablos cuyo significado vive dado por el conjunto de circunstancias externas que rodea a la comunicación.

Al hablar de Cádiz hay que hacer inmediatamente referencia al mar. El carácter y el sabor de una ciudad de pende de su historia, y ésta de la posición que ocupa en su región, en su país, en el mundo. En la vida de una ciudad cuanta muchos los cambios y las renovaciones.

Muchos historiadores y ensayistas coinciden en afirmar que Cádiz tiene una historia rara. Y ello es porque depende del mar de una manera plena. Cádiz sin duda pertenece al mar. Es mar. Junto a él ha juzgado, juega y jugará su historia y su papel. De él le ha venido y le vendrá su ancho sentido universal, económico, civilizador.

Por el mar ha estado siempre abierta a todas las corrientes y ésta inmunizada del cerrado tipismo propio de otras localidades del interior.

¿Es extraño, pues, que la influencia de este contexto sea importante en el habla gaditana?
Hay que hacer costar que existan muchos modismos de origen marinero, en todas partes. Y es que el lenguaje marinero extendidos por todas partes. Y es que el lenguaje marinero, en todas las lenguas, produce una gran cantidad de término que sufre el fenómeno de extensión de su significado. Es lógico que Cádiz no solo no estuviera exento de esta generalidad, sino que en ella se hiciera más patente.

LA FONÉTICA

El habla de Cádiz se ha prestado atención a lo popular: carácter urbano, expresividad, sentido cómico, afectividad e ironía. Todos estos rasgo se pueden comprobar en Cádiz, ya que su habla es como “una fracción o nivel del lenguaje total que se destaca por su carácter pintoresco, reflejado en multitud de expresiones y vocablos intraducibles a otros idiomas, fundados muchas veces en alusiones metafóricas y que posee una gracia, viveza, gran espontaneidad, concreción y expresividad que lo distinguen de otros niveles”.

La personalidad de un pueblo queda reflejada en la forma en que éste se expresa, los hablantes-habitantes de Cádiz manifiesta así que son “unos ciudadanos sensibles y paradójicos, amigos de esconder las contrariedades de la vida tras una chanza ligera, neutra, displicente, en la que es dificilísimo muchas veces distinguir a la pura congojo del buen humor, partidario  

CONCLUYEN

En el habla de Cádiz se presta atención especial y que limitan un hablar popular: carácter urbano, expresividad sentido cómico, afectividad e ironía. Todos estos rasgos se pueden comprobar en Cádiz, ya que su habla es como “una fracción o nivel del lenguaje total que se destaca por su carácter pintoresco, reflejado en multitud de expresiones y vocablos intraducibles a otros idiomas, fundados muchas veces en alusiones metafóricas y que posee una gracia, viveza, gran espontaneidad, concreción y expresividad que lo distinguen de otros niveles”, los hablantes-habitantes de Cádiz manifiestan así que son “unos ciudadanos sensibles y para dójicos, amogos de esconder las contrariedad de la vida tras una chanza ligera, neutra, displicente, en la que es dificilísimo muchas veces distinguir a la pura congoja del buen humor.

En lo más hondo y diferenciador del espíritu gaditano ésta en combinación de equilibrado clasicismo desbordado por una vocación de luminosa alegría vital, a la que, a la que, a su vez, moderan una vieja experiencia y una indiferencia burlona, indolente, que en ocasiones llega a ser enojosa, e incluso en gran parte lo originan, la huella que su secular condición de puerto absoluto ha impreso a Cádiz, tendencia de su gente a la apertura, a la novedad, al intercambio; una capacidad imaginativa favorecida por la forzosa, constante y siempre sugerente contemplación del mar.

Fernando Quiñones, señala atinadamente, se hacen evidentes en la manera de hablar de los gaditanos. Y es que Cádiz, con su vieja sabiduría, descubrió hace muchísimos años los exactos y concretos ingredientes de tristezas y alegría que componen la fórmula humanística del equilibrio: la manera gaditana de simultanear lo trascendente y lo frívolo.

El habla analizada, que participa de las características generales del andaluz occidental, tiene un sistema muy homogéneo que puede quedar definido en un valor sintomático o marca: en este habla retoza, con elegancia suprema y popular, a un tiempo, una guasa o ironía frenadas por la ternura.  

   
PALABRAS DE CÁDIZ; estas son algunas

GUASA: “Cierta gracia seria, en reposo, disfrazada con cierto toque de cinismo, un mucho de ironía, una gran carga intelectual”.
Podríamos añadir que es “una gracias filtrada por la razón”. Tiene cierto contacto con ángel, que hemos visto anteriormente, pero también su diferencia. La definición del DRAE, aunque no apunta al corazón de la guasa gaditana, si responde a otra guasa que tiene cierto aire peyorativo, por ejemplo cuando decimos “Que guasa tiene este niño”.

El Diccionario académico, añade que la palabra tiene Orión incierto, que el área de la misma indica una raíz antillana o romance, pero que aún en este caso se creara en América. El indigenismo antillano guazábara, “alboroto guerrero”, cruzándose con bullanga, parece haber dado guasanga, “algazara, baraúnda”, y de éste pudo extraerse guasa que en Cuba significa “jolgorio”, alegría ruidosa. Pero la evolución semántica ha terminado dando este actual concepto de la guasa gaditana, una especie concreta de gracia, una modalidad del humor.

 La guasa hay que situarla junto al mar, exige el mar, porque éste da una plasticidad renovada de las cosas y de los seres. No es montañera y coqueta con los aires nuevos. Tiene dinamismo portuario. “Consciente siempre de su clara y eterna agilidad”, como lo definió el crítico, filólogo y poeta alemán Friedrich Schlegel, quien también la llamó “bufonería trascendental”. La ironía va paralela a la guasa; es más, la guasa necesita de ella, es su apoyo.

GUASÓN:
“El que tiene guasa, el que hace uso de ello”.

El gaditano es guasón por naturaleza. Fino, agudo, casi descarado, se ríe de su propia sombra. ¡Que mayor ironía que guasearse de si mismo! El guasón tiene un sentido cuerdo de lo absurdo y descomunal. Sabe de dónde parte y hasta dónde llega. Exagera, pero es que la exageración necesita imaginación e inteligencia. El guasón no espera aplauso. Actúa gratuitamente. Es un escéptico. Está, por eso, frente al gracioso, porque este último sí pide el aplauso, actúa sabiéndose centro, se considera dueño y señor de un ingenio que cree avasallador. Nada más opuesto al gracioso que el guasón, al que de todas maneras, le  acecha un peligro: ser un malea.

El VA de la siguiente definición de guasa viva, que coincide, en parte, con el sentir gaditano: “Guasón empedernido. Irónicamente, mal ángel, papanatas”.

SIESO: “Individuo de trato difícil, de carácter atravesado, antipático, mala persona, que obstaculiza o hace incómoda la vida a los demás. 

SIESO MANÍO: Para darle al lexema anterior mayor sentido ofensivo, el hablante gaditano añade manío (de manido). Un sieso manió es el colmo de lo que un hombre puede ser de antipático, odioso y de mala condición o intención. No hay equivalencia para el femenino.  

SANANI: Negación con matiz despectivo

GUACHINAI: persona vulgar.

CARAJOTE: tonto que se pasa de bueno

CUAJÁO: atontado y lento.

CHARABACA: persona poco formal.

CHIGUATO: decaido

CHURRETOSO: malo, de poca calidad.

MARTÍN, MARTÍN: exclamación que expresa que se paga algo religiosamente.

MATRACA: persona pesada, persona vulgar.

NANAI: nada, adverbio de negación

PASCUALA: fastidiar, molestar o perjudicar a alguien.

SANGUI, SANGANGUI: mala suerte.

TANGAI: jaleo, alboroto

(AL) TUN-TÚN: al azar.

TURULATO: quedarse atontado.  


FRASES  QUE SE DICEN EN CÁDIZ; estas son algunas

MÁS EDAD QUE EL PÓPULO._ establece una comparación entre la edad de una persona y el barrio más antiguo de Cádiz, recinto de la ciudad medieval.

¿Qué PASA EN CÁDIZ?-  esta pregunta, tan usada actualmente y no solo en nuestra ciudad, se hizo popular en el verano del año de 1868, cuando los amantes de la revolución y los que temían su estallido estaban pendientes de los sucesos políticos que, según se decía públicamente, tendrían lugar en esta capital. Efectivamente, fue entonces Cádiz la cabeza de la revolución donde al almirante Topete, después de una conversación con el general Prim, recién llegado de Londres, sublevó la escuadra al grito de “¡Abajo los Borbones!” en la mañana del 18 de septiembre. Veintiún cañonazos disparados por la fragata “Zaragoza” anunciaron el destronamiento de Isabel II. La ciudad se sublevó inmediatamente. Días más tarde ocurrió la batalla del puente de Alcolea, y el día 30 del mismo mes, Isabel II cruzó la frontera por Irán. Dice el VA que es una frase familiar y festiva para preguntar ¿Qué hay de bueno?, o para indicar que nos produce sorpresa algo. 

CRUZAR EL CHARCO, realizar un viaje, al otro lado del mar (Canarias, América).

-PASAR EL QUINRIO, pasarlo muy mal.

-SALE POR LA VÍA TARIFA,  alusión al que se desvía en su actitud ante un tema o cuestión determinados.

-TRAGANTAR,  hecho de coger a algún por la garganta aprisionándolo.

-TORRIJA, estar con la torrija o estar atontao.

-POLEÁ,  atontado, despistado, vulgar.

-(AL) LIQUINDOI.  Estar pendiente de algo.

-JINDOI,  miedo

-CHURRETOSO,  malo de poca calidad.

EXPRESIONES GADITANAS; estas son algunas


A LO QUE SALGA: Hacer algo de cualquier forma, sin ponerle empeño.

A MI ME DI IGUA: El hablante expresa que los demás pueden hacer lo que quieran,
él siempre estará de acuerdo.

¿AONDEVA COHONE?: Se suele utilizar cuando el hablante se encuentra
a un conocido por la vía pública, para conocer el destino del cuestionado.

A PATA: El hablante se niega a coger el autobús.

ARO, ARO: Sí sí estoy en total acuerdo contigo.

BASTINAZO: Exageración (para bien o para mal).

BUYA: Aglomeración de personas en lugares indeterminados.

DIOOOOOO: Se utiliza para expresar incredibilidad al escuchar algo.

ENGA, A VER SI UN DIITA QUEDAMO: Solo es una forma de despedirse. Si
alguna vez te lo dicen nunca esperes una llamada de esa persona para quedar.

ENGA, DESPUE ME PASO, LO MAS SEGURO: Ciertamente, lo más seguro.....
lo más seguro es que no se pase. El que utiliza esta frase acaba de recibir
una invitación a la que no se atreve a rechazar con un simple "NO tengo
ganas".Pero la persona que lo ha invitado sabe perfectamente al escuchar
esta frase que no va a venir.

ESE TIO ES TONTO: Es una expresión de admiración al comprobar que el
receptor no está de acuerdo con él (el emisor).

ESO ES AJIN: El hablante no le quiere dar más vueltas al tema.

ILLO ESO NO PUEE SE: El hablante ha divisado el trasero de una hermosa
mujer, y se lo comenta a su amigo.

IRA KILLO ESTO ES UNA MIERDA: Esta expresión se emplea justo después
de que el hablante se haya dado cuenta de que lo que se esta realizando
no esta saliendo correctamente
.
IRA KILLO ESTO ES UNA POLLADA: El emisor le indica al receptor que se puede
realizar fácilmente.

MAS GENTE QUER CARAHO: Aglomeración de gente en lugares determinados.

¡¡NO!! ¡¡QUE VA...!: "Sí sí hazme caso, yo se lo que te digo".

PAMPLINA: Absurdez. Son palabras frases u oraciones que no tienen sentido
en el momento en las que se emplean.


 libro El Hable de Cádiz de Pedro M. Payán Sotomayor