domingo, 27 de marzo de 2011

de Qadis a Cádiz

esta lápida se encuentra en el Arco de la Rosa

El avance cristiano por Andalucía tras la batalla de las Navas de Tolosa en el 1212 sumirá la región en una profunda crisis e inestabilidad. Dentro de este contexto proliferaron las “razzias cristianas” que fueron minando y despoblando el territorio antes de su conquista definitiva.


Una de ellas que afectó a Qadis en septiembre de 1234-1235 es descrita por Al-Bayán.

“Este año llegó el caudillo Gonzalo, hermano de Sancho, después de su ataque por sorpresa a la isla de Cádiz y de cautivar a todos los que había en ella tras una matanza espantosa de sus habitantes…”


Otros autores hispano-musulmanes apuntan una reconstrucción de Qadis por el Caid Abu-Abb-Allah Al- Randayí, así como un nuevo ataque cristiano en el año 1244; pero es opinión común que se trata del mismo hecho anterior referido.


Se estima que Qadis pasó a manos cristianas por el mismo procedimiento, iniciándose con ello una primera fase cristiana escasamente conocida que abarcaría de 1248 a 1262. Sobreviviría el asentamiento con una limitada población distribuida en torno a la zona portuaria; lugar que los nuevos propietarios trascribirían como Cádiz.


La incorporación de Cádiz a la Corona castellana no fue, al menos en un primer momento, un fin en si mismo. La importancia de este pequeño enclave musulmán, que ni siquiera podía englobarse dentro de la empresa de Granada, dada su pertenencia al Rey de Fez, radicad, únicamente en ser plataforma, y así lo intuyeron los Reyes Castellanos, para extender la causa cristiana al otro lado del estrecho.


Salvo aspectos muy limitados, en general es poco lo que se sabe de la Villa de Cádiz en los años inmediatamente posteriores a su incorporación a la Corona de Castilla, como por la escasez de documentación y por la dificultad de realizar excavaciones de envergadura en el primitivo recinto.


Si bien, aún siendo pobre la información, sabemos que la ciudad no debió experimentar cambios demográficos de interés, puesto que hasta prácticamente mediados del siglo XV, la población se reduce al pequeño paraje del barrio del Pópulo, recogida al abrigo de una fuerte y alta cerca toda mampostería almenaba y con sus torres y traveses de trecho en trecho, esta cerca debió levantarse con posterioridad a la toma de la ciudad por Alfonso X.


¿Cuándo ha tenido lugar la conquista de Cádiz?


La conquista de Cádiz al igual que la expedición a Salé hay que colocarlas en los aledaños de 1260.


Tras la muerte de Fernando III en 1252, la sucede su hijo Alfonso X, constatándose entonces algunas noticias que confirman la pervivencia del citado núcleo gaditano al hacer referencia a su puerto.


Una fase para Cádiz se puede establecer entre 1262 y 1264, cuando Alfonso X descubre su importancia estratégica comenzando a poner en práctica el proyecto del “fecho del mar” que había heredado de su padre.


Éste pretendía combatir a los musulmanes en su propia tierra, en el Norte de África, redescubriendo con ello la importancia del puerto gaditano. El desarrollo del citado proyecto no fue inmediato a su subida al trono sino en fechas posteriores y conllevaría su fortificación.


Seria entonce cuando se restauraría su cera musulmana y se rehabilitan edificios antiguos que por entonce aún se denominaba de “Hércules”. Villa cristiana que elevó a la categoría de ciudad y donde levantó la catedral, aprovechando el solar de la antigua mezquita, solicitando al Papa el traslado de la Sede Episcopal de Medina Sidonia, fue concedido en septiembre de 1262, día de la exaltación de la Santa Cruz, lo cual se pusiera bajo este patronazgo, que aún conserva.


Asignando el rey el escudo catedralicio que representa una cruz sobre las ondas de las aguas del mar, se detalla que además había de ser lugar de sepultura del mismo Rey, deseo que no se llevó acabo.


La programación incluía la primera fase de repoblación castellana, para la que se trajo personal procedente del Norte de la península.


También debió conceder a la ciudad sus señas de identidad constituidas por su pendón y escudo que representa a Hércules entre dos leones y la leyenda “Hércules su fundador y patrono”, llamando la atención, la elección en aquellos momentos de un personaje mítico, que igualmente había marcado la historia gaditana desde tiempo remotos, cuya trayectoria llega a ser referida por el propio Rey en sus Crónicas Generales, en unos relatos lo identifica como la misma isla “después Gades la isla de Hércules, que se llama, con otro nombre, Cádiz…”


Las revueltas mudéjares que asolaron la Baja Andalucía en 1264 afectaron a la comarca gaditana ya que gran parte de ella cayó nuevamente en manos musulmanas, entre ellas ciudades como Arcos, Rota, Sanlúcar, Lebrija, Medina Sidonia, Jerez, posiblemente Cádiz, peligrando incluso Sevilla.


Ello provocó la necesidad de reconquistar otra vez Cádiz acción llevada a cabo por Alfonso V “El Sabio” pero esta vez ya por las armas, lo que pudo ocurrir durante el otoño de 1264.


Suceso que llevaron a una nueva fase de repoblación donde se refuerza el número de habitantes, esta vez de las villas Cantábricas.


El año 1275 marca el comienzo del desmembramiento del Alfoz gaditano, cuando el rey ya había abandonado el proyecto del “fecho del mar”


En 1284 muere Alfonso X, sin que se lleve a cabo su deseo de ser enterrado en Cádiz.

El Cádiz de la conquista de Alfonso X


Cuando Alfonso X conquistó Cádiz y más tarde la reedifico y pobló, esta villa quedó encerrada dentro de un cuadrilátero de murallas, que corría por los actuales lindes del barrio del pópulo.


El rey castellano Alfonso X “El sabio” en el s. XIII, quien mando levantar un edificio bajo el título de Catedral de la Santa Cruz sobre las Aguas. Esta fue la primitiva catedral, hasta que se construyó otra nueva, por ello la actual iglesia de Santa Cruz, situada en el barrio del Pópulo, es conocida popularmente como “Catedral Vieja”.


Esta Catedral se levantó en el vértice SO.; y un castillo –seguramente sobre la alcazaba- se erigió en el paraje más alto, aún denominado el Monturrio, por el SE., solar ocupado por la Maternidad.


Ningún vestigio documental quedó en la ciudad, tras el incendio de 1596, pero basta pasear por el barrio para comprender que si su trazado es lo más antiguo que queda en Cádiz, su parte más septentrional, calle de Posadilla, al N., es lo más puro y típicamente morisco que nos resta (1), lugar seguro de los primitivos repartimientos de los pobladores.


La mar del Sur –la mar grande, por ser opuesta a la pequeña, la bahía-, aquí denominada del Vendaval por los cascarrones que son los vientos de este cuadrante, estaba un tanto más alejada que ahora, naciendo su playa a lo bajo de un recio cantil que hoy absorbe la muralla que se levantó por 1533; por estos lugares anduvo también la Neápolis soberbia que fundó Lucio Cornelio Balbo, el menor, cuyos vestigios llegaron a conocer cronistas del siglo XVI y XVII, y para la que se construyó el acueducto del Tempul, que a fines del XVIII se pensó reconstruir.


Al Levante y Extramuros del Pópulo, la estructura del barrio de Santa María demuestra tanta antigüedad casi como éste, con calle y callejuelas serpenteadas y estrechas, muy probablemente en su parte meridional la antigua aljama, que quizá dé origen a una de sus vías de más valor, denominada Judería.


El resto de la isla gaditana, al N. de la Goleta (2) o istmo de Puerta de Tierra, lo constituían tierras de jara y vino (3), tan descampados, que cuando en 1596 se fundó el Convento de Franciscanos, esta santa casa quedaba, con mucho, en las afueras de la ciudad murada, por antonomasia nombrada la Villa.


Hacia el O. frente a la puerta que abría el paso al camino de la Caleta, puerto primitivo, en cuyas cercanías se asegura existía una naumaquia –y aún propio de pescadores-, se fue formando un arrabal, el de Santiago, sin duda pobretón, por el contrario de la ampliación del de Santa María, ya mencionado, asiento de la nobleza local.


(1) Al hacer unas zanjas en busca de unos subterráneos, de cuya existencia hay tradición constante, encontraron sin fin de restos de cerámica árabe, romana e incluso, muy removido todo, piezas prehistóricas.

(2) Esto debió de dar el nombre a esta calle, y no por alusión a tipo de nave alguna, pues que así se denominaba mucho antes de crearse esta suerte a fines del XVIII.

(3) Plaza de San Antonio y sus alrededores, se encontraba el lugar llamado campo de la Jara, zona muy frondosa llegando sus límites al mismo mar, a lo que hoy conocemos como la Alameda. La zona del primitivo puerto fenicio “La caleta”, en el actual barrio de la viña, llamado así por sus tierras de viñedos.


viernes, 25 de marzo de 2011

Damos la bienvenida a : Cádiz_lamadecerca

esta foto de la portada de el blog es una panorámica hecha por él


Hola amigos y seguidores de este mi blog, escribo estas líneas para comunicaros que se ha puesto en marcha un blog de fotos principalmente de Cádiz, diréis que blog sobre fotos de Cádiz hay mucho.


Pero este en particular os lo recomiendo, este nuevo bloguero es un aficionado a la fotografía, se enrolla muy bien con ellas, haciendo montajes y panorámicas, también colgará fotos de Cádiz con distintas perspectiva y os preguntara si sabría el lugar donde se encuentra la imagen de lo fotografiado, lo dicho echarle un vistazo y vera como os gusta, bueno se me olvidaba lo principal, el nombre del blog:



Cádiz_lamadecerca



Eso de la ma de cerca como veréis, es una frase hecha que se dice por estos lugares, este bello rincón que es Cádiz.



sábado, 12 de marzo de 2011

Fermín Salvochea; entre la cárcel y el exilio, humilde entre los humildes

Fermín Salvochea nació en Cádiz en Marzo de 1842, tiene sangre Navarra en sus venas, del valle del Roncal, fue bautizado en la parroquia auxiliar de San Antonio. Con quince años realiza estudios mercantiles en Londres y Liverpool. Lee a muchos autores que le llevan por otros derroteros, trocando la profesión de comerciante elegida por sus padres, por la política socializadora, a la que se dedicaría íntegramente en cuerpo y alma.


Fermín es de una complejidad extraordinaria, personaje de novelas, muy rico en matices y sugerencias, hay una definición de Baroja: “el anarquista gaditano y soñador andaluz”, aludiendo a su presunto nombramiento de ministro en el gabinete de una república fantástica, forjada en su cerebro obsesionado por ideales redentores.


Las cualidades morales de Salvochea son proverbiales. Entre ellas la que más destaca es un ardoroso amor al prójimo. Le entristecía sobremanera la miseria de los pobres, cuando otros potentados daban para los necesitados un misérrimo porcentaje de sus caudales, él lo daba todo, abrigo, cama, chaqueta, sus dineros, viviendo muy estrechamente quien había nacido rico.


Fermín Salvochea respetaba a los demás, como adicto a las normas éticas de la tolerancia, sus ideas fueron al norte de su vida, y al triunfo de ellos se consagró con ahínco.


Se conoce el detalle de que acompañaba a su madre a la puerta de la iglesia y la esperaba hasta que oía misa, como prueba de un entrañable amor filial y de una grandeza de alma sin muchos precedentes. Nunca llegó a entrar en ella, y mientras la esperaba repartía parte de sus ropas entre los necesitados que pasaban por allí.


Era un hombre de entereza fuera de serie: él respondía de sus actos ante todo el mundo, con el fin de que no recayeran culpas sobre personas inocentes; llegando incluso a rechazar la gracia de un indulto, pedida por el ayuntamiento de Cádiz y apoyado por Sagasta, por cuanto él quería sólo justicia.


Su espíritu bondadoso le confirió una integridad, una honradez, al margen de todas las suspicacias; jamás se lucró con el desempeño de sus cargos, más bien, esto le sirvieron siempre para repartir la mayor parte de sus emolumentos entre los pobres. Esa bondad que le obligó a dedicarse a la lectura de libros de Medicina para aliviar o curar a sus compañeros de cautiverio, en más de una de sus largas temporadas en presidio.


Fermín, hombre de acción, era sumamente enérgico. Sus decisiones las hacían indiscutibles, ya que siempre las cimentaba, a su criterio, en la más estricta justicia, no soportaba intromisiones que perjudicaran la labor emprendida con tanto ímpetu y siempre con la mejor intención. Jamás claudicó ni flaqueó en sus convicciones, mostrando un carácter inquebrantable frente a los envanecidos.


Quienes lo conocieron recuerdan a un hombre amable, de voz suave y modesto trato, de ademán señorial, inasequible al desaliento, entusiasta defensor de la libertad, cortés, amante de la cultura, humilde entre los humildes, prescindiendo de ideologías.


La vida de Salvochea, se desenvuelve entre la cárcel y el exilio, salvo el breve paréntesis en que fue alcalde de Cádiz, quizá el más tranquilo de su existencia, pese a las críticas acerbas a su gestión.


Salvochea a los veintiún años ya se pronuncia por las tendencias anarquistas. El triunfo de “la Gloriosa” en septiembre de 1868, abre su alma a la esperanza. Cádiz ha contribuido al mismo con Topete, jefe de trece navíos anclados en la bahía. El regimiento de Cantabria se afianzaba en la plaza de San Juan de Dios y los carabineros se habían posesionado de la Aduana y sus murallas.


Salvochea se opone a la disolución de las milicias ciudadanas y su resistencia es aplacada por el general Caballero de Rodas que le encarcela en el castillo de San Sebastián, donde también está Benot. La amnistía les llega en 1869.


Dado su carácter inquieto, se impone una lucha a favor de la causa federal y, formando guerrillas, es vencido y tiene que huir a Gibraltar volviendo en 1871.


A raíz de este acontecimiento es elegido alcalde de Cádiz (durante la Primera República Española 1873-74) surgiendo el período conflictivo de su realización como político. Algunas de las medidas que propuso, enfrentadas en mucho con la realidad de la época, tienen vigencia hoy día recogidas en la Constitución española de 1978, origen de muchas polémicas en nuestra ciudad y fuera de ella: prohibición de la enseñanza religiosa en las escuelas, que implicaba la libertad de la enseñanza, propugnando su carácter obligatorio y gratuito; incautación de los edificios de las comunidades religiosas.


Defiende la separación de la Iglesia y del Estado, la supresión de los cultos externos y de los consumos, la incautación de los bienes del Estado, la censura de prensa en materia de guerra, el establecimiento de la bandera roja.


Impulso enérgicamente una aportación diarias a sufragar por banqueros, comerciantes e industriales, con el fin de atender preferentemente al socorro de los necesitados y desterrar el paro obrero. Creó la milicia de los voluntarios del Cantón de Cádiz.


Las tropas de Pavía terminaron con el sueño de una república de Cádiz y Salvochea fue condenado a cadena perpetua que cumplió en el peñón de la Gomera y luego en Ceuta._ Al cabo de ocho años logró escapar del presidio refugiándose en Marruecos.


En 1886 funda el periódico “El socialismo” que dura hasta 1891, siente la comenzó del teatro, lanza su obra “Cada mochuelo a su olivo”.


El problema del paro le angustia. En 1891 organiza una manifestación en pro de la jornada de trabajo de ocho horas que termina tumultuosamente, siendo detenido.


1892 es el año de “la marcha sobre Jerez”, por la que resulta condenado a doce años de presidio en los penales de Valladolid y de Burgos. Gravemente enfermo intenta suicidarse; siendo puesto en libertad en 1899.


El paro es el grave problema de siempre de España, por aquella época, la situación de los campesinos andaluces era francamente insostenible, el hambre cundía por doquier, y los asalariados de sol a sol a tres reales diarios.


Con el comienzo de siglo hasta su muerte, la vida de Salvochea se remansa un poco, sin dejar de lado su espíritu de luchador infatigable.


Fue muy combatido por la prensa y por el pueblo que odiaron muchas de las medidas que trató de aplicar. Sin embargo, ser le respetó por todos, por su vida austera y por su anhelo de una comunidad de bienes con la fraternidad universal.


En Septiembre de 1907 muere en Cádiz y al acto del sepelio asisten más de cuarenta mil personas de todas las clases sociales. El féretro humilde no obsta para que le acompañen personajes de relieve, entre tantos otros; muchos trabajadores de la mar y de la ciudad y del campo vecinos, y ello pese a que está lloviendo torrencialmente.


De la casa mortuoria, por la plaza de Cautelar, hasta el ayuntamiento, donde el Alcalde Martínez de Pinillos, monárquico, ordena: “Esta es su casa. Que no salga hasta que cese la lluvia”. Luego, por el barrio de santa María y el paseo Calzada de Augusta Julia, a la necrópolis.


Era un espectáculo inenarrable: la ingente muchedumbre de hombres, mujeres y niños caminaba en silencio y, a intervalos prorrumpía en vítores al gran y querido hombre, oyéndose lamentos que salían del alma por su pérdida sin retorno. Era el último tributo del pueblo de Cádiz a su ídolo.


Una lápida simple en la nave civil cierra una vida intensamente al servicio de los derechos de los desheredados de la fortuna. Con una dedicatoria escueta: su madre.


Un poeta gaditano, Rafael García le dedica unos versos emotivos, sinceros, sugerentes.


Las cigarreras gaditanas, en cada aniversario depositaban una corona de Laurel y nardos en la tumba.


Era un hombre esencialmente bueno, de virtudes reconocidas, un soñador, cabalgando siempre a lomos de la ilusión por un mundo más perfecto dentro de una gran España respetada y libre.


En Cádiz se le recordara con una lapida en la casa número treinta y dos de la plaza de Viudas donde nació. También se le rememora con el rótulo y su busto de la calle que lleva desde la plaza de Arguelles a la alameda de Apodaca.


Acerca de Fermín Salvochea:


-¿Sabias que en los años de su vida Salvochea solo tomaba (tanto para comer como para cenar) una pieza de pan, un trozo de queso y un vaso de agua?

Había decidido que mientras que millones de semejantes murieran por escasez de alimentos, el no tenía derecho a más.


-¿Sabias que mientras estaba en libertad, Fermín acudía todos los días a la Iglesia del Rosario a acompañar a su madre?, Pero que nunca llegó a entrar en ella, y mientras la esperaba repartía parte de sus ropas entre los necesitados que pasaban por allí.


-¿Sabias que Fermín murió en la plaza de las Nieves (actual plaza de Arguelles) a causa de un golpe por dormir en la mesa del salón, cuando al bajarse por un lado el otro se levanto, con la mala suerte que le produjo un fortísimo golpe en la espalda y la nunca que acabo con su vida? Su cama se la había bajado dos días antes a un mendigo que dormía en las casapuertas de la zona.


-¿Sabias que Salvochea realizó dos testamentos? En uno pedía que entregaran su cuerpo a la faculta de medicina, para que los alumnos hicieran prácticas. Y en el segundo pedía ser enterrado cerca del mar, en la tierra, sin caja, y sin cruz alguna. Ninguno de los dos se cumplió.


-¿Sabias que estando en la prisión de la Gomera a Salvochea se le ocurrió decirles a los reclusos que había llegado a sus oídos que iban a otorgar la libertad a todo aquel preso que supiera leer y escribir? Todos los reclusos se pusieron manos a la obra, esperando un indulto que se había inventado Salvochea para que se instruyeran.


-¿Sabias que Fermín se negó numerosas ocasiones a realizar el servicio militar obligatorio? De hecho, nunca lo realizó.


-¿Sabias que siendo alcalde de Cádiz Salvochea bajo los impuesto a las clases más desfavorecidas, les bajo el precio del pan, y dispuso que se cambiasen todos los nombres de las calles de Cádiz con temas religiosos por el de científicos, escritores, médicos, etc...?