sábado, 25 de febrero de 2012

Cofradía de los Morenos


Como es bien conocido, las cofradías son asociaciones religiosas colocadas bajo la advocación de un santo patrón. Desde su aparición en la Edad Media, hasta la caída del artesanado como consecuencia de la industrialización, estuvieron estrechamente ligados a los gremios.

A diferencia de estas cofradías, donde prevalecían la pureza de sangre y la pertenencia a un determinado oficio, esclavos y libertos, al estar excluidos del sistema gremial, crearon sus propias asociaciones en aquellos lugares donde eran numerosos, como fueron los casos de Sevilla, Jerez, Pto. de Santa María y Cádiz.

Algunos de ellos, dispusieron de templos propios e importantes dotaciones económicas, perdiendo todo su patrimonio, después de un largo proceso, contra las autoridades eclesiásticas.

Los orígenes de la cofradía del rosario

La fundación de ambas cofradías, colocadas bajo el patronazgo de Ntra. Sra. del Rosario, se debió a esclavos cristianizados por los dominicos en colonias portuguesas, preferentemente de Mozambique, y llegados a dichas ciudades a principio del S. XVI.

A dicho patronazgo, los morenos incluyeron los cultos por: S. Benito de Palermo, y Sta. Efigenia, monja y princesa de Etiopía.

Aunque se desconoce la fecha de fundación, la cofradía gaditana estuvo instalada hasta 1593, en el hospital de la Misericordia. Trasladándose, posteriormente, a una antigua ermita que había pertenecido a las monjas agustinas, poco tiempo antes del saqueo británico, en cuyo transcurso, la imagen del Rosario fue profanada y los morenos perdieron los títulos de propiedad de la ermita, en los incendios de las escribanías.

Después de estos acontecimientos, la cofradía alcanzó gran importancia, construyendo un suntuoso alta mayor y admitiendo en ella a gentes de otro color por ser la imagen patronal objeto de una devoción universal.

Estas inclusiones, motivaron su ruina, pues pronto los blancos quisieron intervenir en la gestión administrativa, encontrando depresivo que esclavos y libertos, estuvieran al mismo o superior nivel que ellos. Así, ocurrió en Cádiz, donde la cofradía del Rosario, dio origen a un convento de dominicos y más tarde se convirtió en protectora de la carrera de Indias y patrona de la ciudad.

Perdida de la titularidad y fundación de la cofradía de Ntra. Sra. De la Salud

La decadencia de la cofradía de los morenos, se inició con la instalación en la ciudad de sus antiguos protectores, los dominicos, que al considerar a la imagen del Rosario como patrimonio familiar de la orden, consiguieron del nuncio papal ser nombrados capellanes de la cofradía y más tardes, una vez finalizada la construcción de su convento, reclamar la imagen y la sede de la hermandad.

Los negros, se opusieron al traslado pleiteando largamente ante diversos tribunales. Siendo la sentencia adversa en todo ellos, aceptaron un acuerdo, en virtud del cual, si renunciaban a sacar la cofradía del monasterio, la comunidad se comprometía a nunca expulsarlos.

El traslado se efectuó en 1639 y la hermandad conoció un periodo relativa calma. Sucediéndose en la mayordomía, un blanco y varios negros, hasta que en un cabildo celebrado en 1655, los blancos, con el apoyo implícito de diversas autoridades, consiguieron el completo dominio, provocando una airada protesta de hombres y mujeres de color a las puertas del convento.

Retirados de la cofradía del Rosario, los negros, se encontraron sin hermandad, sin imagen titular y sin templo donde reunirse, pero no se amilanaron y pronto tuvieron modo de continuar.

La antigua ermita donde tuvieron su antigua sede, se había convertido en ayuda de parroquia la catedral, con la ayuda del capellán pudieron instalarse de nuevo fundando la cofradía de Ntra. Sra.de la Salud

Así continuaron los morenos, hasta que, vendida la ermita por la cofradía del Rosario, y procediéndose a su reedificación, se encontraron sin casa, sepultura y altar, por lo que después de elevar una súplica al prelado, le fue concedida por escritura expedida en agosto de 1703 el uso del altar colateral del lado de la epístola y el de una bóvedas fuera de la capilla mayor.

Disolución de la cofradía

La ubicación de la ermita del Rosario, en un sector que con el paso del tiempo, se convirtió, en uno de los barrios de comerciantes más prestigiosos de la ciudad, que motivó una completa reedificación del templo, con bellos retablos neoclásicos, arquitectura de Benjumeda, esculturas de Cosme Velázquez, convirtieron a los morenos en unos huéspedes incómodos para los curas de la parroquia que utilizaron todo tipo de recursos para desalojarlos y proceder a la disolución de la cofradía.

Este proceso de disolución comenzó en 1734, con una petición del fiscal general de la diócesis, para que entregase los libros de cuentas de limosnas y rentas. Como en la documentación aportada, no existían suficientes pruebas para una acusación de malversación de fondos, el asunto fue sobreseído. En 1743, tuvo una nueva inspección fiscal, y lo que era mas graves, el desalojo del retablo e imagen de Ntra. Sra. de la Salud, el mayordomo y el prioste de la cofradía, decidieron poner el caso en manos de abogados, quien en un escrito dirigido al cabildo, acusa a los curas del Rosario de malicias.

Los curas de la parroquia tuvieron una sentencia favorable dictaminada por la Chancillería de Granada, los morenos, como recurso, apelaron al nuncio papal, quien después de infructuosos escritos, expidió desde Madrid una sentencia, con fecha del 12 de julio de 1751 mediante el cual:

“castigaba la falta de cumplimiento con penas de excomunión, estando dispuesto a pedir, si fuera preciso, el auxilio del brazo secular”

Con tan expeditiva sentencia, la devolución de los objetos sustraídos, pero no por ello acabaron los problemas, después de un cierto tiempo, las provocaciones arreciaron de forma casi interrumpida.

Así, aprovechando las obras de reedificación del templo, en 1756, fue retirado el armario donde se guardaban las alhajas y objeto de cultos de la cofradía. Un año más tarde, se hizo lo propio, con el banco con espaldar, destinado a los hermanos, y, por último, en 1760, fue prohibida la utilización de la campana que poseían en la torre de la iglesia

Consecuencia de este hostigamiento, la cofradía de Ntra. Sra. de la Salud y S. Benito de Palermo, de cayó de tal manera, que por real cédula fue declarada extinguida el 19 de julio 1767, pasando sus alhajas, imágenes, retablo y lugar de enterramiento a ser propiedad de la parroquia..

Suprimida legalmente la cofradía, el cabildo de la diócesis se creyó autorizado para conceder al párroco del Rosario, la licencia necesaria para la venta a otra cofradía, denominada la “Esclavitud de S. José”, del colateral de la epístola donde estuvo ubicado el retablo de la Virgen de la Salud, procediéndose al otorgamiento de la escritura correspondiente. Pero la nación morena, reclamó, ante el Consejo de Castilla y la licencia fue anulada.

Esta última y definitiva sentencia, favoreció a la antigua cofradía de los morenos, pues para igualar con el colateral frontero, donde la esclavitud josefina erigió un suntuoso altar de mármol y estucos, se construyó un análogo para colocar las imágenes de Ntra. Sra. de la Salud, S. Benito de Palermo y Sta. Efigenia, donde todavía permanece.



Alta de los Negritos

Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en la calle de su mismo nombre (Rosario)

Su retablo es una obra neoclásica en mármol construido con posterioridad a 1813. Su nombre es debido a que su construcción, aunque finalizada por el marques de Valde-Iñigo, fue iniciado a expensas de la hermandad del mismo nombre.

Se compone de un cuerpo dividido en tres calles y ático. Arriba encontramos una talla policromada de la virgen de la Alegría, es la presentación de Jesús en el Templo y la Virgen lleva una vara que es una vela terminada en llama de candelaria.

En la hornacina de la calle central se sitúa una preciosa talla de Nuestra Señora de la Salud y en los laterales las tallas policromadas del siglo XVIII de Santa Ifigenia y San Benito de Palermo, santos seglares sudamericanos aunque vestidos con hábitos de Carmelitas descalza y Franciscano respectivamente.