sábado, 25 de septiembre de 2010

El cielo de Cádiz

Torre Tavira al fondo La catedral


Desde lejos, Cádiz parece un barco de piedra dispuesto a la travesía del Atlántico, su mar, que a veces la rinde adoración y otras la asusta con su mugir tempestuoso. Es también como cisne gigante que se luce en medio de un estanque grandioso.


Y sobre sus casas se ven proliferas, como si fueran hongos, las airosas e innumeras torres presididas por la de los vigías Tavira, todas blancas, con la sola excepción de la media yema de huevo del cimborrio o cimborio catedralicio; torres que cumplieron su misión de otear los horizontes en los tiempos de los piratas, codiciosos del oro de América.


En cualquier esquina de las estrechas calles del casco antiguo de Cádiz, al mirar hacia arriba observamos el esbelto Chaflán de cualquier edificio del siglo XVIII, con una majestuosa columna o una pequeña hornacina en su canto que sube hacia la azotea, parte omnipresente en todo el caserío gaditano, las azoteas situadas en la privilegiada zona más alta de nuestra ciudad, se divisa todo el horizonte en redondo, al no dificultar casi la visión de otros edificios.


Se contempla planos de las torres miradores tan genuinamente gaditanas y marineras, así como la figura esbelta de la Catedral y demás cúpulas, campanarios y azoteas, laberintos de pretiles blancos, ropas tendidas , tejadillos empenachados de jaramagos verdes y amarillo haciendo contraste con el ocre de los ladrillos y el blanco de la cal. Azoteas con sus monteras de traslúcidos cristales, lavaderos destartalados y torres miradores, refugio de plomas y estudios de pintores que recreaban en sus lienzo los paisajes marineros azules y blancos.



Servían como lugar de estudios, de juegos y de ensayos de agrupaciones de carnaval, los guateques que se organizaban en las noches de veranos en las azoteas.


El casco antiguo de Cádiz constituye un conjunto homogéneo donde no destacan grandes monumentos.


Francisco Cossió decía que Cádiz había tomado como en un contagio, cierto aspecto colonial que aún hoy advertimos, aunque sería más correcto decir que las colonias española, y principalmente las Antillas, tomaron como modelo a Cádiz.


A diferencia de las construidas en los extramuros de la ciudad, Puerta de Tierra, las calles y caseríos del centro histórico están adaptadas al clima.


En el centro las calles son estrechas y laberintos para estar guarecidas del Sol, y nunca van de mar a mar, evitando así que el viento, tan frecuente en esta tierra, pueda encajonarse y duplicar su fuerza.


En Cádiz, la estrechez del espacio, por lo general obligaba a que la casa de planta domestica tuviese tres pisos, patio central con columnas y arcos, escaleras amplia y galería perimetral o corredor, como lo llamamos aquí, se empleaban en estas construcciones, la piedra ostionera autóctona y maderas americanas traídas en las sentinas de los barcos como lastre, lo que le daba gran robustez a los edificios.


Este modelo arquitectónico se repetía en multitud de casas de comerciantes, junto a estos edificios burgueses existían edificios plurifamiliares levantados expresamente para ser alquilados como vivienda.


Transcurrido el tiempo, muchas casas y palacios se convirtieron en casas de vecindad, que han llegado hasta nuestros días.


Un dato curioso de cómo somos en Cádiz, en todas las ciudades y pueblos de España, la numeración de los edificios parte teniendo como centro el Ayuntamiento o la plaza de armas, los números pares a la derecha y los impares a la izquierda en el sentido de la calle.


Aquí somos diferentes: la numeración de las casas del casco antiguo están al revés, quedando los pares a la izquierda y los impares a la derecha, partiendo desde la plaza de San Antonio, que fue plaza de armas.


Las esquinitas de mi Cádiz, han servido y sirven como sala museística urbana para exponer retos de nuestra historia, por medio de cañones viejos e inservibles, que en tiempos protegía las calles de Cádiz de los embates de los carruajes, tal y como describían a finales del siglo XVI.


Algunos de los cañones procedían de navíos de distintas épocas y nacionalidades, otros fueron los utilizados por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia.


En la ciudad había 133 cañones protegiendo las esquinas, unas estaban protegidos por guardacantones de valor histórico y decorativo, aunque muchos de ellos han desaparecido como consecuencia del expolio que venimos sufriendo en Cádiz cada vez que se reforma alguna finca.


Otras las encontraron hechas con alarde señorial, dado por los alarifes del siglo pasado, que las decoraron con columnas salomónicas, hornacinas con imágenes de santo o bien con perfiles rectilíneos de corte clásico, sobre 1873 se encargaron de borrar las que tenían imágenes religiosas de la geografía de la ciudad.


Las casapuertas, palabra genuinamente gaditana con la que denominamos la entrada que une la calle con el patio.


En otros lugares se llama portal, vestíbulo, zaguán, pórtico e incluso porche o soportal, pero en Cádiz se le designa como casapuerta.


En las casas del casco antiguo, las casapuertas, tuvieron una vida propia e independiente muy variada, siendo testigo de una actividad frenética, según la época, el día o la noche.


Una de las características de la mayoría de las casapuertas, era su olor, una mezcla de olor a gato y a gas ciudad.


Cuando fallecía algún vecino, era frecuente ver en la casapuerta la consabida mesita con alguna bandeja, para depositar las tarjetas de pésame o folio de papel y así los amigos y familiares podían escribir sus firmas.


Solía estar los plomillos de la luz de los vecinos, y también cada vecino solía tener un cubo para la basura y por las noches se ponía en la casapuerta, para que los basureros lo vaciaran en los camiones y lo pusieran de nuevo en la casapuerta.


Los niños se ponían a jugar con las latillas al fútbol, las noches de veranos los vecinos tomaban el fresquito y las parejitas pelaban la pava.


Torre Tavira

edificio Torre Tavira

edificio calle Valverde

Centro Unicaja de cultura de Cádiz

sábado, 18 de septiembre de 2010

Los vientos del Este al Sur y del Oeste al Norte se hacen gaditanos en esta tierra

plaza de Sevilla con el azote del viento de Levante


"Levante, vientos al Sur, Poniente o el frió Norte"


Los vientos de levante es el meteoro más conocido de la provincia. Asombra por su fuerza pero, sobre todo, por su increíble persistencia. En la zona sureste de Cádiz muy contados días del año se ven libres de sus azotes.


La influencia del anticiclón de las Azores favorece esta circulación atmosférica del Este.


Pero, además, esta el Estrecho, in inmenso embudo que se va cerrando desde el Cabo de Gata (Almería) hasta Tarifa.


Sin embargo, en Cádiz no se llama Levante a cualquier viento del Este. El aire que azota la Comunidad Valenciana viene del Mediterráneo y tiene un carácter húmedo y cálido.


El levante gaditano tiene una ligera inclinación ESE y procede de las tórridas tierras interiores de África. Por eso su temperatura en muy elevada y su sequedad extrema.


El levante, con su acción cotidiana, ha marcado los modos de vida de Cádiz desde antiguo. Sus pueblos, de casas en apariencia desordenadas y calles retorcidas, son el vivo ejemplo de la adaptación a este meteoro. El levante proporciona, sin duda inconvenientes, pero también algunas ventajas.


La agricultura, fundamentalmente en el cereal, su emblemático bello litoral de espectaculares dunas (de más de 200mts de altura en ocasiones), y la gran extensión de salinas que existió en Cádiz se debe a su efecto desecador.


Además la singular fuerza de este viento está siendo aprovechada en muchos sentidos. Centrales de energía eólica o la expansión del Windsurfing que atrae anualmente a Tarifa gran número de visitante.


Se dicen que este viento en nuestra provincia tiene efectos contrarios sobre nuestro sistema nervioso, de lo cual se comenta que sobre este rincón y debido a los fuertes viento de Levante tenemos muchos casos de nervios (cariñosamente decimos que el gaditano tiene un puntito o exagerando un poco, como manda la tradición en esta parte de España un “puntazo”, lo del puntito ó puntazo se sobre entiende que es en el coco, en la cabeza).


El Poniente o viento de componente oeste, sopla desde el Atlántico, por la zona del Estrecho de Gibraltar genera mar de fondo desde el Océano Atlántico llegando a formar buenas olas mayormente en invierno.


Zona de influencia: desde la costa portuguesa hacia la península

Con este viento se puede ver África muy bien por la visibilidad tan buena, es húmedo y amaina con la puesta del Sol.


El Vendaval o el viento de sudoeste es muy fuerte, sopla en invierno y trae fuerza de temporal, llueve y hay visibilidad mala.


Cuando después del Levante, en el invierno, el viento rola al Sudeste y Sur y se aguanta en este punto, suave y calimoso, se puede esperar el Vendaval o Temporal del sudoeste.


Zona de influencia: Valle del Guadalquivir, Golfo de Cádiz. Dirección de donde proviene el viento Sudeste (SE), características: racheado, ligeramente húmedo, en primavera y otoño ocasionalmente huracanado.


Viento del Sur; el viento del invierno con algunas lluvias a veces. El viento del Sur sopla completamente hacia tierra (viento de mar), suele soplar en intervalos de más o menos media hora alternando con fuertes lluvia. Es el único viento, que decaerá después de las 14:00 pm.


El viento es el principal aliado de la provincia de Cádiz, dicen que gracia a los cambios de viento que hay por esta tierra se puede vivir en ella, aquí todo los vientos tiene su motivo y su porque, todo tiene una misión que cumplir, aunque a veces nos trae de cabeza, como el conocido Levante, este viento es el emblema de los gaditanos al igual que las barquillas en la Caleta (playa típica de Cádiz).


Una servidora se guía de esas barquillas que se encuentra en ese lugar, para reconocer cual viento tenemos, os voy a explicar un poco de que forma me habla las proas de las barquillas caleteras: si las proas de las barquillas están mirando para el castillo de San Sebastián y busca a su compañero el castillo de Santi Petri ese viento es Sur (viento de agua en Cádiz).


Pero si la proa se tira más para el Campo del Sur buscando dirección Puerto Real eso es Levante puro y duro, peina su arena y su agua esta fría y cristalina . Sin embargo cuando nuestras barquillas miran para Sanlucar, decimos hoy tenemos Poniente, y toda la basura que lleva el mar al igual que las algas la deja en la orilla de la playa de la Caleta. Si tenemos las proas mirando para el Puerto de Santa María, o más cerca, quieren alcanzar el antiguo colegio de Valcarse, ya esta aquí el Note, y nada más decir norte, sabemos que ya esta aquí el frió.


martes, 14 de septiembre de 2010

OBJETIVO: Salvar el Palmar


Os describo lo que viene en el folleto que a caído en mis manos, referente a la burrada que quieren hacer en este rincón gaditano. Al igual que apoyo a la Plataforma Salvemos a la Caleta me solidarizo con la Plataforma Contra el Megaproyecto Hotelero de El Palmar.

Este es el sitio Faceboook: plataforma Salvemos la Caleta Y el de Salvar El Palmar

PELP!

Dice: La cosa es así de sencilla: El Palmar es una de las últimas playas vírgenes que aun quedan en España. Un tesoro natural único que ahora amenazan con destruirlo.
Convocamos a todos los superhéroes del Planeta para combatir a los villanos del ladrillo.
Entra en WWW.Salvarelpalmar.es y súmate a la batalla con tu firma.

No dejemos que nos engañen con la milonga de más trabajo y riqueza para todos. Cuando políticos y especuladores arrasan nuestras playas vírgenes, sepultándolas bajo el hormigón, solo unos pocos se hacen aún más ricos: ELLOS.
Al resto, nos dejan:Un futuro de muerte económica en extensiones de ladrillo carentes ya de interés turístico.
EJEMPLO: el 90% de nuestro litoral.

ENTRA EN: WWW.salvarelpalmar.es - SÚMATE! OBJETIVO: SALVAR EL PALMAR

Noticia emitida de la concentración a pie de playa de la Plataforma Salvemos ...

Concentración a pie de playa en Vejer de la Frontera (Cádiz). 3 de abril de 2010
Plataforma contra el megaproyecto hotelero de El Palmar

sábado, 11 de septiembre de 2010

La Costa Gaditana

playa de Cortadura en Cádiz situada en el extramuro de la ciudad

Su entorno costero incluye todo tipo de accidentes geográfico, desde pequeñas y recónditas playas, algunas inaccesibles por tierra, pero bellísima, al estar enmarcadas bajo escarpados acantilados, que se elevan 100 mts sobre el nivel del mar.


La superficie de tales acantilados está cubierta de extensos bosques de pinos piñoneros entre sabinas y enebros, desde donde, como verdaderas atalayas, pueden contemplar espectaculares paisajes en el recorte de la costa.


La vertical de tales acantilados tiene también su atractivo, al constituir el lugar de anidamiento de abundantes gaviotas, garcillas buyeras, lechuzas, cernícalos y hasta halcones peregrinos, los cuales se siente allí seguros y protegidos.


El entorno costero de la provincia, es evidente su gran importancia, si tenemos en cuenta que a lo largo de sus 260Km de costa, 138 corresponden a la suma de todas sus playas desde Sotogrande, en San Roque, a Bajo de Guía en Sanlúcar.


Desde Sotogrande, punto donde la provincia de Málaga pasa a ser gaditana, el número de playa que existe, cada una con sus características, se puede afirmar, que por su blancura y suavidad de arena, por la protegida situación de muchas de ellas, y por la presencia alternante de la zona rocosas, con arrecife y algunas islas, constituye sin duda, además por su tranquilidad y protección, el grupo de playas más atrayentes de España.


Hacemos una breve parada en algunas de ellas para resaltar algún matiz o anécdota interesante.


Las de Bolonia con su ensenada, donde destaca la presencia de las ruinas romanas de Baelo Claudia de gran importancia arqueológica, constituye un paraíso para los aficionados al buceo y a la naturaleza, junto con la de Los Lances en Tarifa, en la que el viento dominante (el Levante) y su gran oleaje de mar acondiciona ese escenario perfecto para el Windsurf, a donde acuden aficionado de todo el mundo, la existencia de la Isla Las Palomas, que constituye un perfecto paraíso para práctica del submarinismo.


La zona de Santi Petri con su castillo del siglo XIII en el centro de la isla rocosa, a la entrada del caño del mismo nombre, es considerada un lugar donde existen ciertos vestigios arqueológicos de importancia, como el Templo de Hércules, del que se han localizados ruinas bajo las aguas del lugar.


A los pies de aquellas rocas, en Santi Petri, se localizaron algunas monedas fenicias con la figura de Hércules y dos atunes.


Entre todas las playas existentes en nuestro litoral, siendo todas maravillosas, la más importante y cosmopolita, actualmente, es la gaditana Playa de la Victoria.


Antes de ocuparnos de las playas interiores que rodean nuestra bahía, efectuaremos un previo recorrido que iniciaremos por detrás de de la isla de Santi Petri a través del caño del mismo nombre, perfectamente navegable y de unos 20Km de longitud, utilizando embarcaciones no demasiado grande y aprovechando la subida de la marea. Por la complejidad del recorrido aconsejamos guiarnos por las indicaciones de una carta náutica de la zona. Evitaremos así el que podamos extraviarnos o quedar embarrancados en el fango.


A través del laberinto de muros, canales y estero, que visto desde el aire se asemeja a un complicado arabesco.


Al iniciar este recorrido con cierta frecuencia veremos saltar a nuestro alrededor pequeñas lisas que allí se crían, algunas de las cuales es frecuente que caigan al interior de la embarcación.


Toda esta zona de marismas y en conjunto la bahía de Cádiz, constituye unos espacios húmedos expuestos a cualquier tipo de contaminación, al estar cerca de núcleos urbanos.


A través de semejante laberinto de caños que se forma en las marismas, dejando atrás La Carraca, llegamos a la gran bahía gaditana. Monumental espacio para todo tipo de regatas.


De norte a sur destaquemos en primer lugar la de Sanlúcar de Barrameda en la desembocadura del río Guadalquivir, en la que todos los años se organizan interesantes carreras de caballos.


En el margen opuesto de esta desembocadura del río se halla el límite sur del famoso Coto de Doñana.


Siguiendo con las playas, ciemos la de Chipiona, con sus antiguos y famoso “corrales, fabricados en pasadas época con la misma piedra ostionera de la zona para lograr la captura de peces en cada bajada de marea”.


A continuación de esta zona está la villa de Rota, con sus amplios y modernos campos de golf y algunas extensas playas, la mayoría vírgenes.


Frente a la boca del puerto de Cádiz, las playas de el Puerto de Santa María, famosas también por su extensión y limpieza, Valdelagrama, Fuentebravía, y El Buzo. La importancia marinera de este puerto radica también en que fue en esta ciudad donde se preparó y pertrechó la carabela Santa María, para su gran misión del Descubrimiento.


Puerto Real y San Fernando no tienen grandes playas pero sí disponen hacia el interior de las amplias marismas y esteros, incluyéndose todas ellas en el paraje natural del parque natural de la bahía de Cádiz.


La playa de La Cortadura, es la más extensa del término municipal de la capital, con una longitud de uso 3900mts, se prolonga entre el Fuerte de Cortadura y las instalaciones de Torregorda. Esta situada al Sur de la ciudad de Cádiz, en una barra arenosa que une Cádiz con el municipio de San Fernando.


La playa de La Victoria, se extiende al pie del casco urbano de Cádiz, ocupando el lado occidental de istmo en que se asienta la ciudad, con una longitud de 2500mts.


La playa de Santa María del Mar es la más septentrional de las abiertas a poniente de unos 400mts, se extiende entre los restos de las antiguas murallas. Es una playa urbanizada, apoyada artificialmente por espigones de escolleras y aportación de arena.


La playa de La Caleta, es una playa de reducidas dimensiones que se enclava en el gaditano barrio de la viña. Es una playa urbanizada, apoyada de forma natural y cerrada. Su longitud es de 450mts.


Este rincón caletero sigue siendo con el paso de los años el mismo lugar que para muchos gaditanos fue el antiguo puerto fenicio y romano, bajo cuyas aguas, de vez en cuando, se siguen encontrando numerosos vestigios de aquellas pasadas civilizaciones.


Este encantador lugar posee unos fondos que albergan una vida marina capaz de crear un completro curso de biología marina.


playa de Santa María del Mar, al fondo el casco antiguo de la ciudad
y el castillo de San Sebastían (en la Caleta)

viernes, 3 de septiembre de 2010

Cádiz; ciudad culta y cosmopolita

Cádiz durante el sigloXVIII conoció tanto su mayor fama como su mayor prosperidad, siendo sus famas de ciudad culta y cosmopolita.


En este siglo XVIII el mundo europeo avanzó socialmente y de modo espectacular gracias a la Ilustración y por tanto serviría de telón de fondo para destacar sobre el análisis que presentará la ciudad y de su cultura, movilizada por la Enseñanza humana que los gaditanos reciben de la convivencia cosmopolita de comerciantes y patricios extranjeros y por la Enseñanza magistral que se imparte en las Escuelas y academias de más alto nivel científico.


La Ilustración es en síntesis, un movimiento cultural europeo, renovador y progresivo, tanto en política como en todos los órdenes de la vida social.


España le temió y se opuso en general al mismo, mientras que Cádiz por su talante liberal lo vio con simpatía y supo captar sobre todo cuanto tenía de progreso, sin menoscabo de los valores cívicos espirituales y tradicionales.


Socialmente también la Ilustración fue la expresión cultura de la burguesía en ascenso, opuesta al absolutismo político y a los privilegios de la nobleza.


Fue un factor favorecedor del cambio de mentalidad europea. Pasando a la realidad estructural de España, su sociedad estaba orientada o tenía su principal objetivo en la defensa de la Religión y de un tipo de instituciones políticas acordes con la espiritualidad tradicional católica y en consecuencia trató de oponer una barrera a la difusión del enciclopedismo y lamentablemente a sus reformas científicas.


Hubo, políticos destacados que si quisieron seguir aunque moderadamente las técnicas de estudios y progresos industriales, a esto se sumaron otros con carácter más radical.


A pesar de ellos, la mayoría de los españoles, gaditanos excluidos, gustaban seguir aquellas máximas de séneca que dicen “desear saber más de lo necesario es una especie de intemperancia y que fue también de San Pablo que las expresaba diciendo: “No queráis saber de la ciencia profana más de lo que importa saber y sabed con sobriedad.

Cádiz diciochesco, famoso por luminosidad y blancura, ciudad cosmopolita y de lo más dispare negocios e insólito espacio vital de gente activa, cordial y alegre.


Cuando llegaron a sus puertos el Barón de Bourgoing o Juan Francisco Peyrón en 1777 o José Towsend en 1786, leemos en sus escritos, hallan una ciudad limpia, ordenada, con, bellos edificios de extraordinaria blancura, con calles enlosadas por las que se puede pasea5r y con teatros para divertirse con bailes y cante de fandangos o con buen ópera.


Hablan del tráfico de su puerto en el que Towsend cuenta hasta mil barcos en su bahía o del magnífico Hospital de la Misericordia o de las fiestas de toros que gente de todas las naciones jalean con entusiasmo.


Son escritores viajeros que cuentan lo que ven, pero sin profundizar el porque de esta cívica y ejemplar convivencia, ni el porque gentes de todas las naciones trabajan y se divierten al unísono sin apenas distinguirse exteriormente ni siquiera por sus lenguas o costumbres de origen.


Aquí si se sabe el porqué, y lo sabremos mejor al conocer la Enseñanza humana y magistral que recibían los gaditanos, preocupados por estar al día en los avances culturales tanto como en el saber comercial que requería Europa y América.


La Condesa de Pardo Bazán (novelista, periodista, ensayista y crítica española introductora del naturalismo en España), del decía que para España “del mismo modo que la iglesia manda confesarse una vez al año, la cultura debe mandar a todo español a salir fuera de la Patria también una vez al año o antes si advierte en si síntomas de estancamiento y regresión”.


Los gaditanos no tenían necesidad de seguir ese precepto social o cultural de la Condesa, porque cada día al salir de sus casas ya respiraban los beneficios aires de la convivencia internacional y muchísimos sin salir de sus casas, porque en Cádiz los extranjeros no Vivian en barrios apartados sino dentro de las mismas casas, se confirma la lectura de los Centro de la población que afortunadamente se conservan íntegros.


La enseñanza humana recibida por los gaditanos no sólo era un beneficio de su convivencia con los extranjeros nacionalizados sino sobre todo y esto es motivo de orgullo, de la permanencia de españoles de otras regiones principalmente de vascos y navarros, que amaron a Cádiz de tal modo, que le legaron iglesia, hospitales y la riqueza de su espíritu comercial y emprendedor, en sus relaciones con las Indias.


Fue un buen motivo de estudio, esta enseñanza humana por parte de todos, con amor de investigador o con pasión de sociólogos, porque constituye un timbre de honor de este Cádiz del siglo XVIII, inédito casi en los manuales de historia.


Si alguien piensa que así y todo era conveniente y necesario para ser “Ilustrado” salir al extranjero, les dirían lo que el escritor francés Saray consiguió en “Le parfait negotiant”: “Es lástima que los comerciantes franceses manden a sus hijos a Cádiz para formarlos y luego no quieren regresar a la Patria, al país de origen”.


Entra en esta enseñanza magistral o comienza la misma, por la enseñanza de las primeras letras que en Cádiz, firma, elegantemente se llama de “primera educación”. En nuestra ciudad se contaban unas diez escuelas gratuitas, atendidas por un número casi doble de maestros.


El sistema de enseñanza era el tradicional de principios de siglo, pero en el transcurso del mismo, se introdujeron avances pedagógicos entre ellos el Pestalozzi (“Johann Heinrich Pestalozzi”, fue un pedagogo Suizo, uno de los primeros pensadores que podemos denominar como pedagogo en el sentido moderno del termino, pues ya había pedagogos desde la época de los griegos. Reformador de la pedagogía tradicional, dirigió su labor hacia la educación popular). Y curiosamente para atender a los gastos de implantación del método Pestalozzi, se estableció un arbitrio de seis maravedises (Moneda española, efectiva o imaginaria, de diferentes valores y calificativos, desde siglos XIII), de recargos en las entradas del Teatro Cómico.


Respecto de la enseñanza de idiomas, que críticos estiman insuficientes en la España de esta época, en Cádiz había cuatro escuela, regidas por los Sres. Juan Campell, Antonio Marshall, Dionisio O´Drescal y Francisco José Rico.


La enseñanza Media se impartía en el Colegio de los Jesuitas y en los llamados de Humanidades, donde se estudiaba Filosofía, Latín, Francés, Inglés, Dibujos, Matemáticas, Geografía, Historia, Música, Gramática, Caligrafía, algunos hasta bailes y desde luego, Doctrina, Urbanidad y Política.


También existía una Academia gratuita de Bellas Artes, Escultura y Arquitectura y una Academia asimismo gratuita de Matemáticas y comercio en las casa Consulares a expensas del Tribunal de Comercio.


La Enseñanza Superior se desarrollaba principalmente en el Real Colegio de Cirugía y en la Academia de Guardiamarinas.


Es este siglo en España, “hay diecisiete Escuela de Medicina, pero malas. Ninguna tiene gabinete de Anatomía, ni cursos de Partos, Cirugía operatoria, de Química e Historia Natural Laboratorio, ni jardines para demostración botánicas ni instrumental apropiado.

Justamente Cádiz es el reverso de esta medalla.