lunes, 20 de abril de 2015

SOBRE EL GADES ROMANO

La localización del Teatro Romano de Gades a finales de octubre de 1980 marcó un antes y un después en la arqueología gaditana.

Hasta entonce la teoría más aceptada era que el antiguo emplazamiento de Gadir/Gades se situaba perdido bajo las aguas del mar. Dicho descubrimiento, al que contribuyó de forma determinante la planimetría realizada por el Sr. Gherssi, anulaba tales tradiciones.

Desde 1972 y con posterioridad investigadores como Ponce Cordones y Ramírez Delgado defendía las hipótesis de que el actual territorio del casco antiguo de Cádiz fuese realmente el escenario de nuestra historia antigua, aunque más reducido al estar dividido por canales como el de Puerto Chico o el denominado Bahía-Caleta.

Con estas dos novedades y teniendo en cuenta el acantilado natural de las islas gaditanas, junto con otras noticias antiguas, resulta aventurado plantear cómo fue el urbanismo o distribución de la Gades romana, y más aún suponer si de alguna forma pervive aún en nuestra ciudad; pero la idea merece al menos una hipótesis.

De las dos islas que configuraron en la antigüedad aquel territorio se centra en la zona donde actualmente se levanta la fortificación de Puerta de Tierra, y esencialmente en los actuales barrios del Pópulo y Santa María.

El territorio del que hablan tiene unos 20 metros sobre el nivel del mar y presenta un acantilado por el lado Sur que desciende hacia el Norte en un espacio muy limitado que le confiere una pendiente algo pronunciada. Con los descubrimientos de restos arqueológicos que se vienen realizando es el único lugar con posibilidades para el planteamiento de la Gades romana.

Los hallazgos en el extramuros de las Puertas de Tierra nos sitúan allí la mayor parte de la necrópolis. Dicha fortificación es además un elemento diferenciador, pues se emplaza en la zona más estrecha de la isla donde las noticias de los siglos XVI-XVII señalan la única vía de entrada y que se denominó Augusta, que en este último trabajo corría paralela al acueducto.

Trazados y lugar de acceso que pervivía a través de la denominada Puerta del Muro, que como eje central situaba en su lado derecho el anfiteatro, mientras que en el izquierdo, que daba al mar, estaban los cuatro depósitos monumentales de aguas, desde donde se distribuía por toda la ciudad. Ésta era la entrada romana de la ciudad, cuyo extremo opuesto debe de corresponder con el Teatro Romano.

Más difícil resulta la distribución de aquel espacio interior; para ello quizás resulte interesante seguir las referencias que nos marca el antiguo acantilado.

Por el lado Sur nos puede servir de guía el eje que configuran las calles San Juan Bautista de la Salle y Mirador; por el lado Este, el acantilado se distribuye paralelo a la calle Santo Domingo, que enlazaría por un lado superior con la Vía Augusta. La prolongación de ésta en forma de arco y en descenso nos marcaría la zona Norte hasta llegar a la playa romana de entonces a través de las calles Soprano y Pelota. 

El lado Oeste en más complejo pero las noticias de restos monumentales son suficientes para valorarlo. Dentro de este espacio se instalarían, además de edificios públicos como la basílica, el mercado, el foro coronado por los templos propios, etcétera, así como el caserío escalonado hacia la bahía adaptándose a las irregularidades propias del terreno natural. 

Recordemos los hallazgos en la calle Viento, mosaico de la rotonda de Balbos, Concepción Arenal, Casa del Plátano, Casa del Obispo con criptopórticos, piscinas rituales y conjunto monumental, delimitación de una vía romana en la calle San Juan de Dios, conjunto monumental de la Jabonería, el que aparece en Suárez de Salazar, los criptopórticos pendientes de excavar de la puerta principal de la Catedral Vieja, edificio éste último que en ocasiones se presenta como reconstrucción de un templo más antiguo, ello sin olvidar aquellos hallazgos de la calle Concepción Arenal donde aparecieron hasta la base de una fuente.


Un Gades que nació sin murallas y que sucumbió antes que éstas le fueran necesarias. Hace falta contemplar el mapa y para ello es necesario excavar todas las obras de aquel entorno hasta la roca viva, ya que los restos aparecen en ocasiones en profundidades que superan los 10 metros. No hay que olvidar, no obstante, que en ocasiones las noticias apuntan a una superposición de materiales romanos sobre los púnicos, por lo que pudiera ser no se respetaran las construcciones anteriores para levantar aquella “ciudad nueva” que fue la Neápolis, por tanto la sombra de la posible ubicación del Gadir fenicio-púnico en aquel lugar sigue estando vigente en espera de alguna referencia para su confirmación.

Teatro Romano de Cádiz, el mas antiguo de la Península Ibérica


PINCELADA por Juan Antonio Fierro Cubiella