La localización del Teatro Romano
de Gades a finales de octubre de 1980 marcó un antes y un después en la
arqueología gaditana.
Hasta entonce la teoría más
aceptada era que el antiguo emplazamiento de Gadir/Gades se situaba perdido
bajo las aguas del mar. Dicho descubrimiento, al que contribuyó de forma
determinante la planimetría realizada por el Sr. Gherssi, anulaba tales
tradiciones.
Desde 1972 y con posterioridad
investigadores como Ponce Cordones y Ramírez Delgado defendía las hipótesis de
que el actual territorio del casco antiguo de Cádiz fuese realmente el
escenario de nuestra historia antigua, aunque más reducido al estar dividido
por canales como el de Puerto Chico o el denominado Bahía-Caleta.
Con estas dos novedades y teniendo
en cuenta el acantilado natural de las islas gaditanas, junto con otras
noticias antiguas, resulta aventurado plantear cómo fue el urbanismo o
distribución de la Gades
romana, y más aún suponer si de alguna forma pervive aún en nuestra ciudad;
pero la idea merece al menos una hipótesis.
De las dos islas que configuraron
en la antigüedad aquel territorio se centra en la zona donde actualmente se
levanta la fortificación de Puerta de Tierra, y esencialmente en los actuales
barrios del Pópulo y Santa María.
El territorio del que hablan
tiene unos 20 metros
sobre el nivel del mar y presenta un acantilado por el lado Sur que desciende
hacia el Norte en un espacio muy limitado que le confiere una pendiente algo
pronunciada. Con los descubrimientos de restos arqueológicos que se vienen
realizando es el único lugar con posibilidades para el planteamiento de la Gades romana.
Los hallazgos en el extramuros de
las Puertas de Tierra nos sitúan allí la mayor parte de la necrópolis. Dicha
fortificación es además un elemento diferenciador, pues se emplaza en la zona
más estrecha de la isla donde las noticias de los siglos XVI-XVII señalan la
única vía de entrada y que se denominó Augusta, que en este último trabajo
corría paralela al acueducto.
Trazados y lugar de acceso que
pervivía a través de la denominada Puerta del Muro, que como eje central
situaba en su lado derecho el anfiteatro, mientras que en el izquierdo, que
daba al mar, estaban los cuatro depósitos monumentales de aguas, desde donde se
distribuía por toda la ciudad. Ésta era la entrada romana de la ciudad, cuyo extremo
opuesto debe de corresponder con el Teatro Romano.
Más difícil resulta la
distribución de aquel espacio interior; para ello quizás resulte interesante
seguir las referencias que nos marca el antiguo acantilado.
Por el lado Sur nos puede servir
de guía el eje que configuran las calles San Juan Bautista de la Salle y Mirador; por el lado
Este, el acantilado se distribuye paralelo a la calle Santo Domingo, que
enlazaría por un lado superior con la Vía
Augusta. La prolongación de ésta en forma de arco y en
descenso nos marcaría la zona Norte hasta llegar a la playa romana de entonces
a través de las calles Soprano y Pelota.
El lado Oeste en más complejo pero las
noticias de restos monumentales son suficientes para valorarlo. Dentro de este
espacio se instalarían, además de edificios públicos como la basílica, el
mercado, el foro coronado por los templos propios, etcétera, así como el
caserío escalonado hacia la bahía adaptándose a las irregularidades propias del
terreno natural.
Recordemos los hallazgos en la calle Viento, mosaico de la
rotonda de Balbos, Concepción Arenal, Casa del Plátano, Casa del Obispo con
criptopórticos, piscinas rituales y conjunto monumental, delimitación de una
vía romana en la calle San Juan de Dios, conjunto monumental de la Jabonería,
el que aparece en Suárez de Salazar, los criptopórticos pendientes de excavar
de la puerta principal de la Catedral Vieja ,
edificio éste último que en ocasiones se presenta como reconstrucción de un
templo más antiguo, ello sin olvidar aquellos hallazgos de la calle Concepción
Arenal donde aparecieron hasta la base de una fuente.
Un Gades que nació sin murallas y
que sucumbió antes que éstas le fueran necesarias. Hace falta contemplar el
mapa y para ello es necesario excavar todas las obras de aquel entorno hasta la
roca viva, ya que los restos aparecen en ocasiones en profundidades que superan
los 10 metros .
No hay que olvidar, no obstante, que en ocasiones las noticias apuntan a una
superposición de materiales romanos sobre los púnicos, por lo que pudiera ser
no se respetaran las construcciones anteriores para levantar aquella “ciudad
nueva” que fue la Neápolis ,
por tanto la sombra de la posible ubicación del Gadir fenicio-púnico en aquel
lugar sigue estando vigente en espera de alguna referencia para su
confirmación.
Teatro Romano de Cádiz, el mas antiguo de la Península Ibérica
PINCELADA por Juan Antonio Fierro Cubiella