Al conocer los rasgos expresivos del hablar de una comunidad dada, podemos sorprender y captar el genio, la manera de ser de esa comunidad hablante. Jorge Luís Borges, ha comprobado que “saber cómo habla un personaje es saber quién es; que descubrir una entonación, una voz, una sintaxis peculiar, es haber descubierto un destino”.
Los gaditanos, naturalmente, empleamos la lengua española para comunicarnos y expresarnos. Pero el español de la provincia de Cádiz tiene una fisonomía propia. El habla de nuestra gente se caracteriza por la peculiar manera de articular determinados sonidos de la lengua común, tales como el seseo y el ceceo, que es la neutralización de los fonemas S y Z, en el primer caso a favor de
Si nos referimos a la gramática, hemos de decir que, en general, somos bastantes respetuosos con ella, pese a que pueda pensarse lo contrario. Es verdad que hacemos algunas rebajitas y algún que otro retoque. Como. Por ejemplo, cambios de género (er sartén/ la sartén, el calor, el calor, las calores, marchante/marchante); mediante el número se puede obtener diferenciación semántica (estirar la pata, “morir”/ estirar las patas, “pasear”); reducción de formas en la conjugación de Pronombres Personales, se estructura de forma distinta a la norma (yo, tú…).
En el plano léxico-semántico, el gaditano ha sido capaz de crear palabras como cursi, costo…. Refrendadas por
Palabras relacionadas con costumbres e intistuciones de la provincia gaditana pueden ser: bache (tabanco, barrilete/pandero/pandorga/cometa (según zonas), Batillo, carterilla, “el autobús de Cádiz a San Fernando”, chiquillo (o quillo), casapuerta, casero, comparsa, chirigota, chicuco, embarcao, freidor, gadita, pimpi, refino, montera/ lumbrera, Piojito/Piojillo/, Tosantos…
La vinculación a la mar se nota en tantos términos de origen marineros que, forzosamente, tenemos que reducir la relación: achicar, a orsa, aprovechar la collá, a rachas, bandearse, bastina/bastinazo, coger la vía, dar un baldeo, derrota batía, embarcarse, la mar de…, marinear, navegar, no se movía un alga, recalar, recoger velas…
No nos podemos olvidar de la influencia del caló, la lengua de los gitanos, en el habla gaditana. De ellos tenemos muchos ejemplos citamos algunos: acharao, andoba, camelar, canco, canguelo, coba, curda, currelar/currelo, chalao, chamullar, chipén, chunga, chusma, diñar/endiñar, espichar, gachí/gachó, guipar/ enguipar, jamar, jarana, jinda/jindama, jiñar, longui, mangar, menda, mollate, najarse, palmar, paripé, parné, pirarse, apoquinar, trola…
Aquí, en esta tierra, se han acuñado frases que han pasado a ser usadas por todos los que hablan español. Veamos algunas de las más conocidas: Despedirse a la francesa, Viva
Otras frases tienen un uso más restringido, entre nosotros. Por ejemplo: Más edad que el Pópulo, Más parás que ´l Nazareno, Más perdío que ´l barco l´arró, más se perdió en Cuba, etc.
Han sido ésta unas ligeras notas que han intentado definir de alguna manera cómo se expresa nuestra gente.
En la pronunciación, a la hora de construir los esquemas gramaticales, al seleccionar –y a veces inventar- el léxico, nuestro pueblo manifiesta una gran expresividad, una gran afectividad, una enorme ironía.
Las alusiones metafóricas, tan frecuentes, la gracia, la viveza, la espontaneidad y la concreción dan personalidad y distinguen al español hablado en Cádiz que, lógicamente, participa de las características generales del andaluz occidental.
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