domingo, 26 de mayo de 2013

La Religión Fenicia en Cádiz

 dios Path- el sacerdote de Cádiz, foto de María Jesús Madroñal 

La cultura fenicio-púnica, es un hecho constatado que ha conocido un largo período de olvido y postergación por parte de los estudiosos de la Historia del Mundo Antiguo.


Abundantes y conocidas de antiguo en relación con las culturas griegas y romana, escasas y problemáticas en lo que concierne al mundo fenicio y púnico, se sabe de la existencia de una historiografía fenicio-púnica, prácticamente nada ha quedado de ella. Se cuenta casi exclusivamente con el Epigrafía y Arqueología, que ofrecen grandes limitación, aún más en una civilización poco dada a las manifestaciones escultóricas y pictóricas, la gran parte del material informativo que ha llegado esté relacionado con los aspectos religiosos.

De unos años acá, los estudios fenicios-púnicos han conocido una importante revitalización, podrían decirse que hay están en pleno auge. Se han intensificado las excavaciones en la propia costa fenicia, así como en los diversos centros coloniales mediterráneos: Chipre, Malta, Cerdeña, Sicilia, Ibiza, Norte de África, Península Ibérica. Los estudios sobre los distintos aspectos de esta cultura han sido proliferando, surgiendo centros especialmente dedicados a ellos y despertándose un gran interés entre los jóvenes, investigadores. Es una ciencia todavía joven, y los obstáculos son aún considerables.

Se han servido en multitud de ocasiones de las referencias que los autores griegos y romanos, y esto entraña siempre un grave peligro que ha destacado recientemente el profesor M. Sznycer: piénsese que griegos y romanos fueron rivales y enemigos de fenicios y cartagineses, y en todo caso observadores extranjeros, incapaces de comprender los hechos de una civilización muy distinta de la suya. En el tema de la religión,  suelen hacer hincapié en aquellos aspectos que les sorprenden por lo exótico, crudo o pintoresco. Y cuando se refieren a las divinidades les dan siempre nombre de dioses griegos o latinos, divinidades afines de distintas procedencias, que fue tendencia común al intensificarse las relaciones entre los diversos pueblos ribereños del Mediterráneo.

Los restos arqueológicos en gran medida al tema religioso de la cultura fenicio-púnico, en este campo, se avanza muy lentamente y se tropieza con muchas y graves dificultades. La base para el conocimiento de la religión fenicia, en un sentido muy amplio, lo constituye los textos de Ugarit, en el tell de Ras-Shamra, Siria del Norte. Allí, los franceses excavaron desde 1929 la capital de uno de los más importante reinos, o mejor ciudades-estados, del Próximo Oriente durante el III Y II milenio antes de Cristo. Salieron a la luz una gran cantidad de tablillas escritas en una lengua desconocida, cuyos estudios demostró la existencia de un sistema alfabético anterior en muchos siglos al sistema fenicio.  

Entre los diversos textos de todo tipo, ocupan un lugar muy importante los religiosos, fundamentalmente narraciones mitológicas que por primera vez dieron un testimonio directo sobre los dioses del ámbito fenicio. Ugarit refleja un trasfondo común a toda el area fenicia, ya que es sabio que nunca existió un Estado fenicio sino una multitud de ciudades-estado, cada una con sus instituciones, costumbres y usos religiosos.

Pretenden situar a Cádiz en el ámbito general de la religión fenicia, y se encontraron con graves dificultades para ello. En lo que se refiere a las fuentes escrita griegas y romanas, tienen muchas referencias a los cultos de Cádiz, en especial a su templo de Melgart, tan famoso en la antigüedad que se dijo estuvo un tanto mitificado. Más fidedignas como testimonios son las dos únicas inscripciones sobre chatotes de anillos. En cuanto a las fuentes arqueológicas, y pese a que en los últimos años se han incrementado considerablemente, se cuenta con muy pocas representaciones de dioses, aunque es abundante el material de carácter votivo o ritual.

Hoy en día no se cree, en la existencia de esas triadas divinas en las distintas ciudades fenicias. En lo que Cádiz respecta, los cultos que desde un principio se manifiestan con más pujanza son los de Melqart y Astaré, en lo que la ciudad se muestra bastante acorde con su metrópolis.

El dios El, padre y jefe de los dioses, cuyo nombre encontraros sin embargo como teóforo en el del dedicante del sello de Puerta de Tierra (Hispania I), en el Museo Arqueológico Nacional. Este sello, cuyo campo se encuentra dividido en dos mitades, una de éstas presida por el disco alado, de origen egipcio, y siempre conectado, en el mundo fenicio, con la presencia divina, debajo del mismo la siguiente inscripción “(Sello) de Naam´el, el que lleva la tierra”. El nombre de Naam´el, puede traducirse” el favorecido de dios El”. En la otra mitad vemos una escena de difícil interpretación, en la que aparece un personaje, al parecer masculino. El sello ha sido fechado en el siglo VIII-VII, por lo que es uno de los más viejos testimonios de la Cádiz fenicia.

En estos días, aparece en Tiro un dios joven, el rey de la ciudad, Melqart, el Baal de Tiro. Con la colonización tiria adopta el carácter de protector de la navegación, representándose en moneda de Tiro de época tardía montado sobre un hipocampo. Muy pronto se identificará con el Heracles griego, documentándose tal sincretismo ya en el siglo VI en Chipre.

Es sabido que la fundación de su templo es lo primero que hacen los colonos tirios  que se establecen en Gades. El emplazamiento del mismo no parece ofrecer duda, situándose en el islote de Santi Petri, hasta el presente, en aquella zona sólo han sido rescatados del mar una serie de restos de época romana que pueden versen en el Museo de Bellas Artes.

El santuario tuvo una existencia de muchos siglos a lo largo de los cuales sin duda se transformó, pero parece que conservó siempre la parte más antigua, aún englobada en construcciones posteriores. Uno de los aspectos que más interés ofrecen de la edificación son sus puertas, que ha sido descrita por Silio Itálico. Según éste, estaban adornadas con una serie de representaciones que narraban las hazañas del Heracles tebano, estas puertas hubieron de realizadas hacia el 500 a.C., se suponía que Silio Itálico había seguido en sus descripción a Poseidonio, que estas puertas hubieron de ser realizadas hacia el 500 a.C.
García y Bellido pensaba que al helinizarse el culto debió surgir el tipo del Heracles griego, imberbe y tocado con la piel de león, cuya cabeza aparece en las monedas de la ciudad desde el siglo III a .de. C., hasta Calígula.

Pomponio Mela, que era gaditano, llama al Hércules de Gades Hércules Aegyptius. Almagro sugiere que este Hércules egipcio sea Melqart-Resep, una de estas divinidades dobles, muy frecuente en los fenicios del I milenio, que aparece documentada en Tiro y Chipre, y en especial en una inscripción ibicenca de los siglos V- IV. El dios Resep está muy relacionado con Melqart en algunos de sus caracteres, y tuvo un especial éxito en el Egipto del Imperio Nuevo.

La identificación del Melqart gaditano con Resep, Almagro Basch ha estudiado una serie de estatuillas de bronce hallada en la península, del tipo llamado Smiting God o díos que golpea, que se vienen interpretando como figuraciones de Baal o Resep, y que para él podría corresponder a ese Melqart-Resep. Similiar en iconografíco, sín duda obra griega, es la figura de Ares que, procedente de Cádiz, se encuentra en el Museo del Louvre, pieza de excelente calidad. Se ha interpretado como una versión helénica de esta misma divinidad. Ninguna otra representación hay en el área gaditana que pueda atribuirse al dios que parece haber sido auténticamente el rey de la ciudad de Gades, mientras que sí se conocen representaciones del mismo en otros centro fenicio del Mediterráneo.

Lo que a Astarté se refiere los documentos con que se cuenta es igualmente indirecto. Se trata de las diferencias de dos autores, Avieno autor del siglo IV que es sabido recoger datos de una fuente mucho más vieja, supuestamente del siglo VI a. C., y posiblemente púnica. En su poema Ora Marítima dice así: “Aquí está la isla “Erythia”, de extensos campos, sujeta en otro tiempo a la dominación púnica, por haberla ocupado primitivamente los colonos de la antigua Cartago. Un brazo de mar de 5 estadios separa Erythia del continente. Del lado de la fortaleza por donde muere el día, hay una isla consagrada a Venus Marina, y en ella un templo con una profunda cueva y un oráculo” (O.M. 305-317). Venus Marina es el nombre que los latinos dan a la Astarté fenicia, patrono de los navegantes. Es importante, se tiene distintos testimonios de que la diosa Astarté era adorada en cuevas. La idea aportada por M. Delcor es muy interesante, de que la probable “Astarté de la cueva” a la que se dedica una pequeña estatua de la diosa que se dice hallada en el Cerro del Carambolo, Sevilla, no es otra que ésta de Cádiz.

El otro texto es de Plinio quien, hablando de la ciudad romana de Gades, dice así: “En la parte que mira a la (tierra firme) de Hispania, y aproximadamente a 100 pasos, hay otra isla de 1000 pasos de longitud y otros 1000 de anchura, en la cual antiguamente estuvo el oppidum de Gades. Es llamada Erythea por Eforo y Filictides, por Timeo y Sileno Afrodisias, y por los naturales isla de Iuno “(NH IV, 120). El nombre de Afrodisias o isla de Afrodita debe ser transcripción griega del de Astarté, correspondiendo poe tanto al de Venus Marina, y el de isla de Iuno sín duda hace referencia a Tanit, la diosa cartaginesa tan próxima a Astarté, que posiblemente recibió culto junto a ella en la época de la dominación cartaginesa de la isla. Don Ramón Corzo, plantea una interesante hipótesis sobre el emplazamiento del templo-cueva y oráculo de Astarté o Venus Marina. En primer lugar crea que el único emplazamiento posible de la colonia fenicia primitiva es la plataforma rocosa que se extiende hacia el oeste, entre el castillo de Santa Catalina y Punta del Nao. Los hallazgos submarinos que hace años se realizaron en la zona de Punta del Nao y que revisten un carácter que pudierón calificar de votivo o religioso, hace pensar que es aquí donde debió estar situado el templo de Venus Marina.

Entre los hallazgos hay una serie de anforitas que se escalonan desde los siglos VII al III, estas ánforas podrían haber contenido líquidos para libaciones u ofrendas realizadas en el santuario, pequeños quemaperfumes de uso indudablemente ritual, un gran thymiaterion de forma triangular, de un tipo desconocido hasta ahora, que se adorna con palmetas de cuencos fenicios y otros motivos florales, en cuyas esquina se sitúa tres figuras masculinas de parte egiptizante, fechado en el siglo VII, dos grandes discos de terracota con decoración vegetal, estos moldes o relieves, decorados casi motivos antropomorfos, zoomorfos o fitomorfos, son muy frecuentes en el mundo púnico, y suelen aparecer en tumbas o santuarios, ignorándose su exactas utilización.

Entre las piezas más interesantes extraídas en Punta del Nao en fecha reciente está la colección de cabezas de terracota, el ejemplar más importante es una cabeza masculina egiptizantes con peinado en grandes masas laterales decoradas con rizos, y con larga barba de taco.

Se cita tres figuritas, igualmente de terracota, que representa a una figura femenina vestida con larga túnica de la que asoman unos grandes pies que se posan sobre un zócalo. Dos de ellas (las aparecidas en primer y último lugar) tiene el brazo derecho doblado hacia arriba con la mano pegada a la cabeza y un gran orificio en dicha mano mientras que la izquierda la llevan sobre el pecho.

En cambio, la aparecida en segundo lugar, aunque idéntica a las anteriores, presenta los brazos, de una longitud desusada, juntos y hacia adelante, con sendo orificios en las manos. La primera fue estudiada por C. Blanco concluyendo que podía tratarse de una Anat-Astarté en su faceta guerrera. Quizás estas figuras, un tanto tosca, tengan  un uso concreto y funcional dentro del ceremonial de culto, y en todo caso pudieran representar a sacerdotisas o personas relacionadas con el servicio religioso. 
         
 Lamentablemente no hay hasta ahora ningún dato que nos permita saber si aquel lugar pudo haber estado consagrado a Astarté.

Posiblemente relacionado con el culto a Astarté o diosa afin está el bronce que hace algunos años ingresó en el Museo Arqueológico de Sevilla como procedente de la Punta de la Vaca, Cádiz. Representaba a una divinidad femenina, con el peinado hathórico, cuyo cuerpo se figura como un disco solar con cuatro alas.

Otra de las divinidades documentadas en esta etapa antigua de la Cádiz fenicia sería el dios Ptah, cuya imagen se ha creído ver en el mal llamado “sacerdote” de Cádiz, que apareció en una tumba con ocasión de las obras realizadas para la construcción del edificio de la Telefónica en la calle Ancha. Fue Cintas quien por primera vez pensó en una representación de este dios, con paralelos en toda la costa siro-anatólica en el segundo milenio o comienzos del primero. Se fecha en torno al siglo VII. G. Nicolini ha publicado un paralelo a esta pieza procedente de la colección Calzadilla Badajoz, copia casi exacta de ella. Para este autor ambas serían representaciones de sacerdotes, aunque influidos por la iconografía de Path. Cintas piensa que se trata de imágenes del díos egipcio, lo más probable es que los fenicios vieran en ellas realmente a su dios Kuser (el ugarítico Kotar) dios artesano e inventor de todo tipo de instrumentos o armas, que en el mito ugarítico construye y equipa los palacios de los dioses y que fue identificado, por su calidad de creador, con el egipcio Ptham, así como los greco-romanos Hefaistos y Vulcano.

En la baja época se da un extraño sincretismo, de carácter a entender más mágico que religioso, que mezcla a divinidades grotescas, como Bes, el enano deforme, con Harpócrates, Min y Ptah, todas ellas con un especial matiz apotropaico o de protección contra determinados males. Así surgen los llamados patecos, término que no es sino un diminutivo de Ptah. Sus imágenes en forma de amuletos en fayenza o pasta vitrificada, son abundantísimos en el mundo cartaginés. En Cádiz hay varios compuesto, un colgante de oro procedente de Puerta de Tierra, resulta ser uno de estos patecos, del tipo compuesto, con un solo paralelo, la pieza gaditana es de calidad superior, fechado en los siglos V-IV.
El resto de los monumentos religiosos gaditanos corresponderían igualmente a la época de la influencia cartaginesa sobre Cádiz.

Examinaron la cuestión del templo de Cronos. Todo lo que se sabe sobre el mismo dice  Estrabón  (III,5,3): “… la ciudad yace en la parte occidental de la isla, y cerca de ella, en la extremidad que avanza hacia el islote, se alza el Kronion. El Herakleíon está en la otra parte, hacia el Oriente”. Con respecto a la situación de este templo, R. Corzo piensa que sólo pudo estar donde el actual castillo de San Sebastián, zona de la que procede el famoso capitel eólico, pieza de función no tectónica, que el citado autor sugiere podría haber coronado uno de los pilares situados ante la entrada del templo. Sus modelos orientales se fechan entre 750 y el 550 antes de Cristo. Cronos es el dios griego al que los fenicios identificaron con el dios padre El y los cartagineses con Baal Hammon, el día de los sacrificios infantiles conocidos en lengua fenicia con el nombre de mlk, se cree que el santuario gaditano hubiese estado dedicado a Baa Hammon cartagines, se ignora por completo la fecha de fundación de este templo, sólo se sabe que en época de Estrabón existía. La única razón para pensar en una mayor antigüedad sería el capitel, pero es difícilmente demostrable su pertenencia al mismo.

Corzo, como ante hiciera García y Bellido, relaciona con el culto a Baa Hammon los datos, todos de época tardía, que tienen sobre posibles sacrificios humanos en Cádiz.

En el caso concreto de la religión fenicio-púnica estas bien documentadas ambos tipos de sacrificios, (sacrificios humanos y muertes rituales), especialmente en las fuentes escritas. De este modo, los sacrificios infantiles, generalmente realizados en el mundo púnico en honor a Baal Hammon y Tanit, se encuadraría en el primer apartado, así como aquellos que, según testimonio Plinio (NHXXXVI, 39)  se celebraban anualmente en honor a Melqart.

Se constata en los casos, conocidos de muerte rituales, es muy frecuente que las víctimas sean prisioneros enemigos, modalidad que todavía en el siglo III de la Era se practicaba en Cartago, según se testimonia en las actas del martirio de las santas Perpetica y felicitas.

Los sacrificios humanos propiamente dichos, el grupo de enterramientos infantiles aparecidos hace pocos años en la avenida López Pinto. Se trata de unas doce tumbas en las que los niños, entre seis meses y diez años, aparecen con los cráneos machacados. Fechándose el conjunto en el siglo I a. de  C.,  parece bastante seguro que se trata de sacrificios infantiles, muy posiblemente en honor a Baa Hammon, como paredra de Baal Hammon aparece en Cartago la diosa Tanit, que a partir del siglo V se sitúa incluso por encima de éste y se liga igualmente con los sacrificios milk. De identifica con la Hera griega y la Iuno romano. La cita Plinio recuerda al nombre del más antiguo emplazamiento gadeirita, al que se llamaba isla Afrodita o de Iuno. Aquí refleja la identificación Astarté-Tanit,  documentada ya en Fenicia desde el siglo VII.

Un testimonio del culto a Tanit en Cádiz puede ser la estela funeraria recientemente rescatada por la dirección del Museo Gaditano que fue encontrada por Pelayo Quintero en la necrópolis.

En fechas recientes, en las excavaciones realizadas realizadas en un solar de la avenida López Pinto, esquina a General García Escámez, se encontró una muy interesante escultura que se había reutilizado como pared de una tumba romana. Está muy deteriorada, faltándole la cabeza, no obstante, se aprecia con claridad que se trata de una figura femenina sedente, que nos recuerda a las damas funerarias ibéricas, con la particularidad de tener los brazos y la cabeza articulados, como para ser movidos desde atrás, seguramente en ceremonias de culto.


La inscripción de un anillo de oro, actualmente en el Museo Valencia de don Juan de Madrid: “Al Señor, al poderoso Milk-Astart y a sus servicios, / al pueblo de Cádiz”. Ha sido fechada en el siglo II a. de C. Examinaron el  nombre del dios, Milk-Astart. Se trata de una de estas divinidades mixtas, tan frecuentes en lo fenicio-púnico, que cuenta con un importante templo en Hamman (hoy Umm el-Amed, ente Tiro y Ptolemais), ciudad muy unida politica y religiosamente a Tiro, especialmente en época helenística. Parece que se trata de un especial aspecto de Melqar que le une a la diosa Astaré. Ribichini se ha ocupado de estas parejas divinas, concluyendo que se trata de elaboraciones teológicas sacerdotes, procesos por los que se coliga adivinidades que en el mito están relacionado entre sí. Además, estas incripciones tiene una importancia especial, ya que ella se menciona al “pueblo de Gades”, expresión que se ha pensado designaba a la asamblea popular de la ciudad.

foto de María Jesús Madroñal

 El llamado Sacerdote de Cádiz es una estatuilla masculina de bronce y oro encontrada en la ciudad de  Cádiz (andalucía, España) en 1928, y conservada actualmente en el Museo Argueológico Nacional de Madrid.  Está datada en el siglo VIII o VII a.C. (Periodo Orientalizante Ibérico, Edad de Hierro I). Podría ser una representación del dios Ptah importada del Mediterráneo oriental, probablemente de Fenicia,o bien de un sacerdote del templo de Melkart. (Wikipedia La enciclopedia libre)


Información recogida de la Biblioteca Municipal José Celestino Mutis del libro "La Religión Fenicia en Cádiz por María Cruz Marín Ceballos.


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