dios Path- el sacerdote de Cádiz, foto de María Jesús Madroñal
La cultura fenicio-púnica, es un hecho constatado que ha conocido un largo período de olvido y postergación por parte de los estudiosos de
Abundantes y conocidas de antiguo en relación
con las culturas griegas y romana, escasas y problemáticas en lo que concierne
al mundo fenicio y púnico, se sabe de la existencia de una historiografía
fenicio-púnica, prácticamente nada ha quedado de ella. Se cuenta casi
exclusivamente con el Epigrafía y Arqueología, que ofrecen grandes limitación,
aún más en una civilización poco dada a las manifestaciones escultóricas y
pictóricas, la gran parte del material informativo que ha llegado esté
relacionado con los aspectos religiosos.
De unos años acá, los estudios fenicios-púnicos
han conocido una importante revitalización, podrían decirse que hay están en
pleno auge. Se han intensificado las excavaciones en la propia costa fenicia,
así como en los diversos centros coloniales mediterráneos: Chipre, Malta,
Cerdeña, Sicilia, Ibiza, Norte de África, Península Ibérica. Los estudios sobre
los distintos aspectos de esta cultura han sido proliferando, surgiendo centros
especialmente dedicados a ellos y despertándose un gran interés entre los
jóvenes, investigadores. Es una ciencia todavía joven, y los obstáculos son aún
considerables.
Se han servido en multitud de ocasiones de
las referencias que los autores griegos y romanos, y esto entraña siempre un
grave peligro que ha destacado recientemente el profesor M. Sznycer: piénsese
que griegos y romanos fueron rivales y enemigos de fenicios y cartagineses, y
en todo caso observadores extranjeros, incapaces de comprender los hechos de
una civilización muy distinta de la suya. En el tema de la religión, suelen hacer hincapié en aquellos aspectos
que les sorprenden por lo exótico, crudo o pintoresco. Y cuando se refieren a
las divinidades les dan siempre nombre de dioses griegos o latinos, divinidades
afines de distintas procedencias, que fue tendencia común al intensificarse las
relaciones entre los diversos pueblos ribereños del Mediterráneo.
Los restos arqueológicos en gran medida al
tema religioso de la cultura fenicio-púnico, en este campo, se avanza muy
lentamente y se tropieza con muchas y graves dificultades. La base para el conocimiento
de la religión fenicia, en un sentido muy amplio, lo constituye los textos de
Ugarit, en el tell de Ras-Shamra, Siria del Norte. Allí, los franceses
excavaron desde 1929 la capital de uno de los más importante reinos, o mejor
ciudades-estados, del Próximo Oriente durante el III Y II milenio antes de
Cristo. Salieron a la luz una gran cantidad de tablillas escritas en una lengua
desconocida, cuyos estudios demostró la existencia de un sistema alfabético
anterior en muchos siglos al sistema fenicio.
Entre los diversos textos de todo tipo,
ocupan un lugar muy importante los religiosos, fundamentalmente narraciones
mitológicas que por primera vez dieron un testimonio directo sobre los dioses
del ámbito fenicio. Ugarit refleja un trasfondo común a toda el area fenicia,
ya que es sabio que nunca existió un Estado fenicio sino una multitud de
ciudades-estado, cada una con sus instituciones, costumbres y usos religiosos.
Pretenden situar a Cádiz en el ámbito general
de la religión fenicia, y se encontraron con graves dificultades para ello. En
lo que se refiere a las fuentes escrita griegas y romanas, tienen muchas
referencias a los cultos de Cádiz, en especial a su templo de Melgart, tan
famoso en la antigüedad que se dijo estuvo un tanto mitificado. Más fidedignas
como testimonios son las dos únicas inscripciones sobre chatotes de anillos. En
cuanto a las fuentes arqueológicas, y pese a que en los últimos años se han
incrementado considerablemente, se cuenta con muy pocas representaciones de
dioses, aunque es abundante el material de carácter votivo o ritual.
Hoy en día no se cree, en la existencia de
esas triadas divinas en las distintas ciudades fenicias. En lo que Cádiz
respecta, los cultos que desde un principio se manifiestan con más pujanza son
los de Melqart y Astaré, en lo que la ciudad se muestra bastante acorde con su
metrópolis.
El dios El, padre y jefe de los dioses, cuyo
nombre encontraros sin embargo como teóforo en el del dedicante del sello de
Puerta de Tierra (Hispania I), en el Museo Arqueológico Nacional. Este sello,
cuyo campo se encuentra dividido en dos mitades, una de éstas presida por el
disco alado, de origen egipcio, y siempre conectado, en el mundo fenicio, con
la presencia divina, debajo del mismo la siguiente inscripción “(Sello) de
Naam´el, el que lleva la tierra”. El nombre de Naam´el, puede traducirse” el
favorecido de dios El”. En la otra mitad vemos una escena de difícil
interpretación, en la que aparece un personaje, al parecer masculino. El sello
ha sido fechado en el siglo VIII-VII, por lo que es uno de los más viejos
testimonios de la Cádiz
fenicia.
En estos días, aparece en Tiro un dios joven,
el rey de la ciudad, Melqart, el Baal de Tiro. Con la colonización tiria adopta
el carácter de protector de la navegación, representándose en moneda de Tiro de
época tardía montado sobre un hipocampo. Muy pronto se identificará con el
Heracles griego, documentándose tal sincretismo ya en el siglo VI en Chipre.
Es sabido que la fundación de su templo es lo
primero que hacen los colonos tirios que
se establecen en Gades. El emplazamiento del mismo no parece ofrecer duda,
situándose en el islote de Santi Petri, hasta el presente, en aquella zona sólo
han sido rescatados del mar una serie de restos de época romana que pueden
versen en el Museo de Bellas Artes.
El santuario tuvo una existencia de muchos
siglos a lo largo de los cuales sin duda se transformó, pero parece que
conservó siempre la parte más antigua, aún englobada en construcciones
posteriores. Uno de los aspectos que más interés ofrecen de la edificación son
sus puertas, que ha sido descrita por Silio Itálico. Según éste, estaban
adornadas con una serie de representaciones que narraban las hazañas del
Heracles tebano, estas puertas hubieron de realizadas hacia el 500 a .C., se suponía que
Silio Itálico había seguido en sus descripción a Poseidonio, que estas puertas
hubieron de ser realizadas hacia el 500 a .C.
García y Bellido pensaba que al helinizarse
el culto debió surgir el tipo del Heracles griego, imberbe y tocado con la piel
de león, cuya cabeza aparece en las monedas de la ciudad desde el siglo III a
.de. C., hasta Calígula.
Pomponio Mela, que era gaditano, llama al
Hércules de Gades Hércules Aegyptius. Almagro sugiere que este Hércules egipcio
sea Melqart-Resep, una de estas divinidades dobles, muy frecuente en los
fenicios del I milenio, que aparece documentada en Tiro y Chipre, y en especial
en una inscripción ibicenca de los siglos V- IV. El dios Resep está muy
relacionado con Melqart en algunos de sus caracteres, y tuvo un especial éxito
en el Egipto del Imperio Nuevo.
La identificación del Melqart gaditano con
Resep, Almagro Basch ha estudiado una serie de estatuillas de bronce hallada en
la península, del tipo llamado Smiting God o díos que golpea, que se vienen interpretando
como figuraciones de Baal o Resep, y que para él podría corresponder a ese
Melqart-Resep. Similiar en iconografíco, sín duda obra griega, es la figura de
Ares que, procedente de Cádiz, se encuentra en el Museo del Louvre, pieza de
excelente calidad. Se ha interpretado como una versión helénica de esta misma
divinidad. Ninguna otra representación hay en el área gaditana que pueda
atribuirse al dios que parece haber sido auténticamente el rey de la ciudad de
Gades, mientras que sí se conocen representaciones del mismo en otros centro
fenicio del Mediterráneo.
Lo que a Astarté se refiere los documentos
con que se cuenta es igualmente indirecto. Se trata de las diferencias de dos
autores, Avieno autor del siglo IV que es sabido recoger datos de una fuente
mucho más vieja, supuestamente del siglo VI a. C., y posiblemente púnica. En su
poema Ora Marítima dice así: “Aquí está la isla “Erythia”, de extensos campos,
sujeta en otro tiempo a la dominación púnica, por haberla ocupado
primitivamente los colonos de la antigua Cartago. Un brazo de mar de 5 estadios
separa Erythia del continente. Del lado de la fortaleza por donde muere el día,
hay una isla consagrada a Venus Marina, y en ella un templo con una profunda
cueva y un oráculo” (O.M. 305-317). Venus Marina es el nombre que los latinos
dan a la Astarté
fenicia, patrono de los navegantes. Es importante, se tiene distintos
testimonios de que la diosa Astarté era adorada en cuevas. La idea aportada por
M. Delcor es muy interesante, de que la probable “Astarté de la cueva” a la que
se dedica una pequeña estatua de la diosa que se dice hallada en el Cerro del
Carambolo, Sevilla, no es otra que ésta de Cádiz.
El otro texto es de Plinio quien, hablando de
la ciudad romana de Gades, dice así: “En la parte que mira a la (tierra firme)
de Hispania, y aproximadamente a 100 pasos, hay otra isla de 1000 pasos de
longitud y otros 1000 de anchura, en la cual antiguamente estuvo el oppidum de
Gades. Es llamada Erythea por Eforo y Filictides, por Timeo y Sileno Afrodisias,
y por los naturales isla de Iuno “(NH IV, 120). El nombre de Afrodisias o isla
de Afrodita debe ser transcripción griega del de Astarté, correspondiendo poe
tanto al de Venus Marina, y el de isla de Iuno sín duda hace referencia a
Tanit, la diosa cartaginesa tan próxima a Astarté, que posiblemente recibió
culto junto a ella en la época de la dominación cartaginesa de la isla. Don
Ramón Corzo, plantea una interesante hipótesis sobre el emplazamiento del
templo-cueva y oráculo de Astarté o Venus Marina. En primer lugar crea que el
único emplazamiento posible de la colonia fenicia primitiva es la plataforma rocosa
que se extiende hacia el oeste, entre el castillo de Santa Catalina y Punta del
Nao. Los hallazgos submarinos que hace años se realizaron en la zona de Punta
del Nao y que revisten un carácter que pudierón calificar de votivo o religioso,
hace pensar que es aquí donde debió estar situado el templo de Venus Marina.
Entre los hallazgos hay una serie de
anforitas que se escalonan desde los siglos VII al III, estas ánforas podrían
haber contenido líquidos para libaciones u ofrendas realizadas en el santuario,
pequeños quemaperfumes de uso indudablemente ritual, un gran thymiaterion de
forma triangular, de un tipo desconocido hasta ahora, que se adorna con palmetas
de cuencos fenicios y otros motivos florales, en cuyas esquina se sitúa tres
figuras masculinas de parte egiptizante, fechado en el siglo VII, dos grandes
discos de terracota con decoración vegetal, estos moldes o relieves, decorados
casi motivos antropomorfos, zoomorfos o fitomorfos, son muy frecuentes en el
mundo púnico, y suelen aparecer en tumbas o santuarios, ignorándose su exactas
utilización.
Entre las piezas más interesantes extraídas
en Punta del Nao en fecha reciente está la colección de cabezas de terracota,
el ejemplar más importante es una cabeza masculina egiptizantes con peinado en
grandes masas laterales decoradas con rizos, y con larga barba de taco.
Se cita tres figuritas, igualmente de
terracota, que representa a una figura femenina vestida con larga túnica de la
que asoman unos grandes pies que se posan sobre un zócalo. Dos de ellas (las
aparecidas en primer y último lugar) tiene el brazo derecho doblado hacia
arriba con la mano pegada a la cabeza y un gran orificio en dicha mano mientras
que la izquierda la llevan sobre el pecho.
En cambio, la aparecida en segundo lugar,
aunque idéntica a las anteriores, presenta los brazos, de una longitud
desusada, juntos y hacia adelante, con sendo orificios en las manos. La primera
fue estudiada por C. Blanco concluyendo que podía tratarse de una Anat-Astarté
en su faceta guerrera. Quizás estas figuras, un tanto tosca, tengan un uso concreto y funcional dentro del
ceremonial de culto, y en todo caso pudieran representar a sacerdotisas o
personas relacionadas con el servicio religioso.
Lamentablemente
no hay hasta ahora ningún dato que nos permita saber si aquel lugar pudo haber
estado consagrado a Astarté.
Posiblemente relacionado con el culto a
Astarté o diosa afin está el bronce que hace algunos años ingresó en el Museo
Arqueológico de Sevilla como procedente de la Punta de la Vaca , Cádiz. Representaba a una divinidad
femenina, con el peinado hathórico, cuyo cuerpo se figura como un disco solar
con cuatro alas.
Otra de las divinidades documentadas en esta
etapa antigua de la Cádiz
fenicia sería el dios Ptah, cuya imagen se ha creído ver en el mal llamado
“sacerdote” de Cádiz, que apareció en una tumba con ocasión de las obras
realizadas para la construcción del edificio de la Telefónica en la calle
Ancha. Fue Cintas quien por primera vez pensó en una representación de este
dios, con paralelos en toda la costa siro-anatólica en el segundo milenio o
comienzos del primero. Se fecha en torno al siglo VII. G. Nicolini ha publicado
un paralelo a esta pieza procedente de la colección Calzadilla Badajoz, copia
casi exacta de ella. Para este autor ambas serían representaciones de
sacerdotes, aunque influidos por la iconografía de Path. Cintas piensa que se
trata de imágenes del díos egipcio, lo más probable es que los fenicios vieran
en ellas realmente a su dios Kuser (el ugarítico Kotar) dios artesano e
inventor de todo tipo de instrumentos o armas, que en el mito ugarítico
construye y equipa los palacios de los dioses y que fue identificado, por su
calidad de creador, con el egipcio Ptham, así como los greco-romanos Hefaistos
y Vulcano.
En la baja época se da un extraño
sincretismo, de carácter a entender más mágico que religioso, que mezcla a
divinidades grotescas, como Bes, el enano deforme, con Harpócrates, Min y Ptah,
todas ellas con un especial matiz apotropaico o de protección contra
determinados males. Así surgen los llamados patecos, término que no es sino un
diminutivo de Ptah. Sus imágenes en forma de amuletos en fayenza o pasta vitrificada,
son abundantísimos en el mundo cartaginés. En Cádiz hay varios compuesto, un
colgante de oro procedente de Puerta de Tierra, resulta ser uno de estos
patecos, del tipo compuesto, con un solo paralelo, la pieza gaditana es de
calidad superior, fechado en los siglos V-IV.
El resto de los monumentos religiosos
gaditanos corresponderían igualmente a la época de la influencia cartaginesa
sobre Cádiz.
Examinaron la cuestión del templo de Cronos.
Todo lo que se sabe sobre el mismo dice
Estrabón (III,5,3): “… la ciudad
yace en la parte occidental de la isla, y cerca de ella, en la extremidad que
avanza hacia el islote, se alza el Kronion. El Herakleíon está en la otra
parte, hacia el Oriente”. Con respecto a la situación de este templo, R. Corzo
piensa que sólo pudo estar donde el actual castillo de San Sebastián, zona de
la que procede el famoso capitel eólico, pieza de función no tectónica, que el
citado autor sugiere podría haber coronado uno de los pilares situados ante la
entrada del templo. Sus modelos orientales se fechan entre 750 y el 550 antes
de Cristo. Cronos es el dios griego al que los fenicios identificaron con el
dios padre El y los cartagineses con Baal Hammon, el día de los sacrificios
infantiles conocidos en lengua fenicia con el nombre de mlk, se cree que el
santuario gaditano hubiese estado dedicado a Baa Hammon cartagines, se ignora
por completo la fecha de fundación de este templo, sólo se sabe que en época de
Estrabón existía. La única razón para pensar en una mayor antigüedad sería el capitel,
pero es difícilmente demostrable su pertenencia al mismo.
Corzo, como ante hiciera García y Bellido,
relaciona con el culto a Baa Hammon los datos, todos de época tardía, que
tienen sobre posibles sacrificios humanos en Cádiz.
En el caso concreto de la religión
fenicio-púnica estas bien documentadas ambos tipos de sacrificios, (sacrificios
humanos y muertes rituales), especialmente en las fuentes escritas. De este
modo, los sacrificios infantiles, generalmente realizados en el mundo púnico en
honor a Baal Hammon y Tanit, se encuadraría en el primer apartado, así como
aquellos que, según testimonio Plinio (NHXXXVI, 39) se celebraban anualmente en honor a Melqart.
Se constata en los casos, conocidos de muerte
rituales, es muy frecuente que las víctimas sean prisioneros enemigos, modalidad
que todavía en el siglo III de la
Era se practicaba en Cartago, según se testimonia en las
actas del martirio de las santas Perpetica y felicitas.
Los sacrificios humanos propiamente dichos,
el grupo de enterramientos infantiles aparecidos hace pocos años en la avenida
López Pinto. Se trata de unas doce tumbas en las que los niños, entre seis
meses y diez años, aparecen con los cráneos machacados. Fechándose el conjunto
en el siglo I a. de C., parece bastante seguro que se trata de
sacrificios infantiles, muy posiblemente en honor a Baa Hammon, como paredra de
Baal Hammon aparece en Cartago la diosa Tanit, que a partir del siglo V se
sitúa incluso por encima de éste y se liga igualmente con los sacrificios milk.
De identifica con la Hera
griega y la Iuno
romano. La cita Plinio recuerda al nombre del más antiguo emplazamiento
gadeirita, al que se llamaba isla Afrodita o de Iuno. Aquí refleja la
identificación Astarté-Tanit,
documentada ya en Fenicia desde el siglo VII.
Un testimonio del culto a Tanit en Cádiz
puede ser la estela funeraria recientemente rescatada por la dirección del
Museo Gaditano que fue encontrada por Pelayo Quintero en la necrópolis.
En fechas recientes, en las excavaciones
realizadas realizadas en un solar de la avenida López Pinto, esquina a General
García Escámez, se encontró una muy interesante escultura que se había
reutilizado como pared de una tumba romana. Está muy deteriorada, faltándole la
cabeza, no obstante, se aprecia con claridad que se trata de una figura
femenina sedente, que nos recuerda a las damas funerarias ibéricas, con la
particularidad de tener los brazos y la cabeza articulados, como para ser
movidos desde atrás, seguramente en ceremonias de culto.
La inscripción de un anillo de oro,
actualmente en el Museo Valencia de don Juan de Madrid: “Al Señor, al poderoso
Milk-Astart y a sus servicios, / al pueblo de Cádiz”. Ha sido fechada en el
siglo II a. de C. Examinaron el nombre
del dios, Milk-Astart. Se trata de una de estas divinidades mixtas, tan
frecuentes en lo fenicio-púnico, que cuenta con un importante templo en Hamman
(hoy Umm el-Amed, ente Tiro y Ptolemais), ciudad muy unida politica y
religiosamente a Tiro, especialmente en época helenística. Parece que se trata
de un especial aspecto de Melqar que le une a la diosa Astaré. Ribichini se ha
ocupado de estas parejas divinas, concluyendo que se trata de elaboraciones
teológicas sacerdotes, procesos por los que se coliga adivinidades que en el
mito están relacionado entre sí. Además, estas incripciones tiene una
importancia especial, ya que ella se menciona al “pueblo de Gades”, expresión
que se ha pensado designaba a la asamblea popular de la ciudad.
foto de María Jesús Madroñal
El llamado Sacerdote de Cádiz es una estatuilla masculina de bronce y oro
encontrada en la ciudad de Cádiz (andalucía, España) en 1928, y conservada actualmente en el Museo Argueológico Nacional de Madrid. Está datada en el siglo VIII o VII a.C. (Periodo
Orientalizante Ibérico, Edad de Hierro I). Podría ser una representación del
dios Ptah importada
del Mediterráneo oriental, probablemente de Fenicia,o bien de un sacerdote del templo de Melkart. (Wikipedia La enciclopedia libre)
Información recogida de la Biblioteca Municipal José Celestino Mutis del libro "La Religión Fenicia en Cádiz por María Cruz Marín Ceballos.
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