D. José María Narváez
José María Narváez, nació en Cádiz en 1768 y
murió en Guadalajara, México el 4 de agosto de 1840. Fue un oficial naval, explorador
y navegante español que es conocido sobre todo por su trabajo en el noroeste
del Pacífico.
Ingreso en la Academia Naval Real de Guardiamarinas
en 1782. En ese año ya estaba en el mar y participando en un combate naval. En
1784, Narváez fue a la Nueva España
y su primer destino fue La Habana. Durante
tres años sirvió a bordo de buque de suministro, trabajando en los puertos de
Veracruz, Nueva Orleans, Matanzas, Campeche, Roatán y Trujillo. En noviembre de
1787, fue ascendido a segundo piloto habilitado y reasignado a San Blas, en ese
momento la principal base naval española en la costa oeste de actual México.
Llegó a principios de 1788 y al mes navegó hacia el norte, como piloto de
Gonzalo López de Haro (antes de 1788-1823) en el San Carlos.
Don José María Narváez sólo contaba
veintiséis años cuando mandó la expedición compuesta de 35 hombres a reconocer
el Gran Canal de Nuestra Señora del Rosario la Marina , lugar que la
expedición de Eliza de 1791 había vislumbrado a principio de ese año. Hoy en
día esa ensenada de agua, es el hogar de más de dos millones de canadienses,
así como de muchos ciudadanos de los Estados Unidos. Es uno de los lugares más
agradables para vivir de Norte América, incluso hace doscientos años, cuando
Narváez lo vio por primera vez, era uno de los lugares más poblados del
continente. La vida era sencilla, había suficiente comida, y el clima suave.
Hoy en día se conoce como el Estrecho de Georgia en honor del rey inglés, pero
en las cartas marítimas españolas se le conocía como El Gran Canal de Nuestra
Señora del Rosario.
En la pequeña goleta de nueve metro, la Santa Saturnina , con una lancha
de 12 remos, navegó Narváez durante tres semanas en este desconocido mar sin
cartografiar. Al contrario de la mar abierta, donde solamente tienes que
contener a los vientos y las olas, en esta estrecha y restringida ensenada
siempre existe el peligro de naufragio. Narváez lo llamó aquel inmenso y
peligroso mar. Hoy en día, con las más modernas cartas de navegación, es
todavía bastante peligroso. Narváez lo navego sin nada. Es imposible comprender
cuán difícil debió de ser esta hazaña.
Existía la posibilidad de que el mapa que él
y sus compañeros pilotos levantaron al año siguiente bajo la dirección de Alcalá
Galiano y de Valdés, fuera el mítico Paso del Noroeste. Por esa razón Malaspina
envió dos de sus mejores oficiales para comprobar lo que este humilde piloto de
Cádiz había visto.
Narváez ya contaba con una buena reputación
en la costa occidental. El había ido con la expedición de Martínez de 1788 a Alaska, y al año
siguiente participo en la captura de las embarcaciones británicas causantes del
Incidente de Nutka, que casi acabó en una guerra entre Gran Bretaña y España.
Más tarde mandó el apresado Northwest America siendo el primer barco español en
penetrar el Estrecho de Juan de Fuca.
También había participado en los
reconocimientos al norte de Puerto de la Santa
Cruz de Nutkay, que resultó en la demarcación de Nutka como
una isla. Fue también responsable de muchos de los reconocimientos en la costa
occidental de la isla de Vancouver, (hace poco se recibió una delegación de una
de las tribus nativas, Nuu-Chah-Nulth, que deseaban una copia de uno de los
mapas de Narváez para negociar con el gobierno canadiense de Ottawa, su
propiedad territorial).
Quizá sirva como muestra del logro de Narváez
si vemos el mapa que el Capitán George Vancouver preparó, en cuya ejecución
tardo cuatro años, y que todos conocen en esta parte del mundo. La mayoría no
se da cuenta que, en letras pequeña, en una esquina, él escribió The parts nor
shaded are taken from Spanish Authorities (La parte borrosa, la he copiado de
las cartas españolas). La mayoría de las personas en la Columbia Británica
no saben que durante seis años ondeó la bandera española en estas costas, seis
años antes que la británica, y que fueron los españoles y no los británicos los
primeros hombres blancos que alcanzaron estas costas.
Narváez era un piloto del Departamento Naval
de San Blas, en el Virreinato de Nueva España, casándose con una Maldonado de
Tépic, el destacamento situado en las colinas a treinta kilómetro de San Blas.
Cuando Napoleón Bonaparte usurpó el trono español y el imperio español cayó,
Narváez permaneció en la costa occidental, y se convirtió en un oficial naval
de la República
de México. Como Bodega y Quadra antes que él, fue nombrado comandante de San
Blas. Vivió una larga vida y tuvo muchos hijos y muchos descendiente, uno de
ellos fue Juan López Portillo, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos hace décadas.
Sus grandes logro interesó mucho a Malaspina.
Información sacada de la biblioteca gaditana
José Celestino Mutis, (Cádiz) del libro: MALASPINA Y BUSTAMANTE´94 (autor John
Crosse) y de WIKIPEDIA.
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