ruta comercial Zona Franca de cádiz
Muchos países de América están llenos de
recuerdos de España, y en especial de las ardientes tierras andaluzas.
De Cádiz, el primer gran puerto a mejor,
puente inicial entre España y América, salieron las naves del almirante
Cristóbal Colón en tres de sus cuatro viajes.
No es raro que los marineros andaluces
embarcados en la Santa María
la Pinta y la Niña, vieran en las hermosas
tierras de América la réplica de sus paisajes de origen. Así los puertos
gaditanos de Rota y Chipiona se convirtieron en Rotilla y Chipiona en la costa
Norte habanera; una isleta de nuestro archipiélago fue bautizada años depúes
con el nombre de Bahía de Cádiz; uno de los primeros poblados de cuba fue
llamado Sevilla, al pié de la Sierra
Maestra. Otros muchos topónimos de la Perla de las Antillas
quedaron como réplicas cubanas de los sonoros nombres andaluces.
El propio Almirante con los ojos llenos de
luz de Andalucía, no cesa de comparar el nuevo panorama americano con el del
mediodía de España.
Al abandonar Cuba, a la que el almirante
bautiza con el nombre de Juana en honor del príncipe Juan .hijo de los Reyes
Católicos, llega al primer puerto de la tierra de Quisquey, “que era como la Bahía de Cádiz…”
America no puede olvidar jamás al andaluz
magno y generoso que fue Fray Bartolomé de las Casa, llamado con justicia El
Protector de los Indios, que aparece que
está vivo todavía, porque fue bueno, como lo sintió José Martí. La humanista
del fraile sevillano fue tan notable en su denuncia de los excesos cometidos por
los conquistadores europeos y en descubrir la base de sus desmanes-el despojo
del oro americano-que sus conceptos morales y económicos hallaron eco
trescientos años después en carlos marx, en las páginas de El Capital.
Si Cádiz está en América, al andar el tiempo
América se entroniza amorosamente en Cádiz. Desde Cuba y otras tierras del
Caribe vestimos a los gaditanos con nuestras guayaberas y sombreros de
jipijapa, les introducimos nuestros dulces que allá todavía llaman “de La
habana”, y los sones musicales reelaborados por el nuevo pueblo de Cuba, de
raíces hispánicas y africanas, llegan hasta aquellas tierras de Andalucía. Nuestra
música es de origen antillano, la interpreta grupos con nombres como Los
mandingos o Los ñáñigo, dice Carlos Díaz Medina, alcalde de Cádiz.
De la Habana vengo, señores,
de bailar un fandango
entre mulatas y chinas
que ya lo están chancleteando.
Y J. de Atienza escribe que de la unión del
tango gaditano con la música cubana nació la habanera…
Como vemos, no sólo Cuba brindó a España, y
en general al Viejo Mundo, el maíz, el tabaco, la yuca y otras plantas útiles,
a más de objetos como la hamaca y muchas voces que enriquecieron el idioma de
Cervantes, sino que también ejerció una fuerte influencia cultural a partir de
los comienzos del cuajo de nuestra nacionalidad.
Andar por las calles de Cádiz es recordar la
estancia en ella de Miranda, precursor de la independencia americana, de El
Libertador Bolívar, de O´Higgins padre de la libertad de Chile, de Rivadavía,
primer presidente de la
Argentina, de Martí, nuestro Héroe Nacional e incansable
luchador de las libertades americana, y de Rubén Darío, el excelso poeta de
Nicaragua. Por eso no resulta raro que en sus calles y plazas se levantan
monumentos a nuestros próceres.
Para los revolucionarios cubanos siempre será
grato saber que José Martí, el joven habanero de diecisiete años, fue acogido
en Cádiz después de haber sufrido el presidio político en Cuba.
Martí llama a Cádiz valiente, y ciudad donde viven
en ambiente de trabajo cubanos y españoles. Entre la prosa extensísima y jugosa
de Martí hallamos, con frecuencia, citas a su admirada Cádiz.
No son meras palabras los conceptos
dialécticos de Rafael Alberti: “Cádiz fue puerto de mar para la conquista de
América y ciudad refugio para los autores de su independencia.
actual puerto gaditano, llegada de cruceros
Información recopilada de la biblioteca Municipal José Celestino Mutis de Cádiz.
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