La puerta de entrada al fuerte
desde el embarcadero, aún quedan vestigios de este paso construido con piedras
procedentes de Sudamérica (las traían los barcos como lastre) artísticamente
colocadas.
El castillo de san Luis tenía origen
reciente. Al parecer, este fuerte se levanto durante la Guerra de Sucesión
Española, con la colaboración de ingenieros franceses, en fecha no bien
determinada, hacia 1706. Primeramente era un simple reducto formado con
lastres, lodo y estacas.
Fue en el año 1737, cuando quedó revestido de
cantería y adquirió una estructura militar adecuada. Esta consolidación surge
como consecuencia de la política de “Pactos de familia” (alianzas acordadas
entre las monarquías de España y Francia siglo XVIII).
Con la Guerra de Independencia, el fuerte de San Luis
sufrió un fuerte deterioro, por cuyo motivo fue necesario iniciar su
reconstrucción ofreciéndole una estructura más resistente y convencional en
consonancia con su destino bélico. Estas obras se llevaron a cabo tras la
retirada defensiva del ejército francés en el año 1812 bajo el mando del lugar
teniente Dugnay Tronin, de origen francés.
La experiencia bélica acumulada desde Cádiz
con motivo de la Guerra
de la Independencia,
en la cual tuvieron que soportar durante dos largos años el asedio y el
bombardeo desde Matagorda y el Trocadero, surgió a las autoridades militares
organizar un nuevo sistema estratégico para defender la capital.
Con aceleración se iniciaron las obras de
reconstrucción del fuerte de San Luis, a este se le denomino también Fort
Louis. El fuerte tenía como fin establecer una fortaleza con batería de cañones
que sirviese para defender cualquier agresión marítima a Cádiz, al arsenal de la Carraca e incluso al
propio astillero del Trocadero.
Con independencia del perímetro amurallado,
la superficie habilitada en el fuerte dedicada a la funcionalidad de sus
moradores estaba compuesta por un edificio rectangular, situado en el lado
exterior que limita con la bahía y paralelo al istmo que une Cádiz con San
Fernando.
En dicho edificio estaba ubicadas, las dependencias relacionadas en
el orden que empieza en las proximidades del varadero y termina en el extremo
más próximo a la bahía: Pabellón de la tropa, aljibe, capilla, nueva aljibe,
pabellón de oficiales y el polvorín con las debidas defensas amuralladas.
La
puerta de entrada al recinto amurallado estaba situada en el extremo más
próximo a la Salina
del Consuelo, contaba con un bien cuidado embarcadero. Del castillo sólo quedan
hoy sus ruinas, como vestigio de aquel glorioso pasado. Del camino del
embarcadero, cubierto por fango y la maleza, aún se puede observar algunos
trazos del mosaico formado con cantos rodados artísticamente colocados.
La escasa vida del Castillo de San Luis, ya
que su permanencia como fortaleza solo se prolongó durante una década
1813-1823. Posteriormente fue utilizado
de forma esporádica en 1885, cuando la epidemia de cólera, y en el año 1898,
para albergar a los soldados repatriados de Cuba.
El primer plano de
esta imagen, unas piedras labradas en forma de semicírculo que sirvieron de
base a una garita, la misma que se puede contemplar en la imagen anterior en su
margen izquierdo.
Información sacada del libro: Historia facinante del Trocadero del Gaspar Catálan Fabero. De la biblioteca Municipal José Celestino Muti de Cádiz.
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