domingo, 13 de mayo de 2012

Fuerte de San Luis en la bahía gaditana


 
La puerta de entrada al fuerte desde el embarcadero, aún quedan vestigios de este paso construido con piedras procedentes de Sudamérica (las traían los barcos como lastre) artísticamente colocadas.


El castillo de san Luis tenía origen reciente. Al parecer, este fuerte se levanto durante la Guerra de Sucesión Española, con la colaboración de ingenieros franceses, en fecha no bien determinada, hacia 1706. Primeramente era un simple reducto formado con lastres, lodo y estacas.

Fue en el año 1737, cuando quedó revestido de cantería y adquirió una estructura militar adecuada. Esta consolidación surge como consecuencia de la política de “Pactos de familia” (alianzas acordadas entre las monarquías de España y Francia siglo XVIII).

Con la Guerra de Independencia, el fuerte de San Luis sufrió un fuerte deterioro, por cuyo motivo fue necesario iniciar su reconstrucción ofreciéndole una estructura más resistente y convencional en consonancia con su destino bélico. Estas obras se llevaron a cabo tras la retirada defensiva del ejército francés en el año 1812 bajo el mando del lugar teniente Dugnay Tronin, de origen francés. 

La experiencia bélica acumulada desde Cádiz con motivo de la Guerra de la Independencia, en la cual tuvieron que soportar durante dos largos años el asedio y el bombardeo desde Matagorda y el Trocadero, surgió a las autoridades militares organizar un nuevo sistema estratégico para defender la capital.

Con aceleración se iniciaron las obras de reconstrucción del fuerte de San Luis, a este se le denomino también Fort Louis. El fuerte tenía como fin establecer una fortaleza con batería de cañones que sirviese para defender cualquier agresión marítima a Cádiz, al arsenal de la Carraca e incluso al propio astillero del Trocadero.

Con independencia del perímetro amurallado, la superficie habilitada en el fuerte dedicada a la funcionalidad de sus moradores estaba compuesta por un edificio rectangular, situado en el lado exterior que limita con la bahía y paralelo al istmo que une Cádiz con San Fernando. 

En dicho edificio estaba ubicadas, las dependencias relacionadas en el orden que empieza en las proximidades del varadero y termina en el extremo más próximo a la bahía: Pabellón de la tropa, aljibe, capilla, nueva aljibe, pabellón de oficiales y el polvorín con las debidas defensas amuralladas. 

La puerta de entrada al recinto amurallado estaba situada en el extremo más próximo a la Salina del Consuelo, contaba con un bien cuidado embarcadero. Del castillo sólo quedan hoy sus ruinas, como vestigio de aquel glorioso pasado. Del camino del embarcadero, cubierto por fango y la maleza, aún se puede observar algunos trazos del mosaico formado con cantos rodados artísticamente colocados.

La escasa vida del Castillo de San Luis, ya que su permanencia como fortaleza solo se prolongó durante una década 1813-1823.  Posteriormente fue utilizado de forma esporádica en 1885, cuando la epidemia de cólera, y en el año 1898, para albergar a los soldados repatriados de Cuba.

 
 El primer plano de esta imagen, unas piedras labradas en forma de semicírculo que sirvieron de base a una garita, la misma que se puede contemplar en la imagen anterior en su margen izquierdo.  

Información sacada del libro: Historia facinante del Trocadero del Gaspar Catálan Fabero. De la biblioteca Municipal José Celestino Muti de Cádiz.

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