martes, 15 de noviembre de 2011

Academia de Guardiamarinas


Placa situada en el barrio del Pópulo

Hay quienes afirman que la academia de guardiamarina de Cádiz se fundo en 1717. Existe constancia de que a fines de 1716 su creación estaba decidida.

En la sección de manuscritos del Museo Naval figura una carta, fechada en noviembre de 1716, animando a la juventud a incorporarse al servicio de la Marina, ya que el Rey había determinado restablecer este importante cuerpo. Agregaba que la carrera había que ser de las más sobresalientes en el ramo de las Milicias, serían sujetas distinguidas los que ingresasen en ella.

Fue la compañía una de las obras que creó e impulsó en la Armada la fecunda mente de Patiño. Fue establecida en el Departamento Marítimo de Cádiz, fijando su sede en varías casa contiguas al Ayuntamiento, que se alquilaron para tal fin, enclavadas en el barrio del Pópulo.

La institución comprendía academia, biblioteca y armerías, que se instaló en un caserón perteneciente a la nobleza, y a la “posada” o cuartel, que empezó a funcionar algo más tardes, los guardiamarinas no estaban en un principio acuartelados.

El Ayuntamiento en marzo de 1717, cedió algunas habitaciones contiguas a la Cárcel Real. Hubo además otras ampliaciones a medidas que aumentaba el número de alumnos. En 1754 se ocupó otra casa de la formada de los Villavicencio y la que llamaban “casa del canónigo”.

Todas estas casas alquiladas por la compañía dieron lugar a que la calle donde estaban situadas se conociera como la de “Posada de la Academia”.

En la actual calle de San Antonio Abad, contigua al Ayuntamiento, existía un pequeño arco que era conocido por “arquillo de la academia”.

En el mismo año de la fundación de la compañía de guardiamarinas, y por influencia de Patiño del insigne marino gaditano D. Andrés de Pes, Felipe V, por Real Cédula firmaba en Segovia en mayo, dispuso el traslado a Cádiz de la Casa de Contratación y el Consulado de Indias de Sevilla, que radicaba en esta capital desde enero de 1503, firmado por los Reyes Católicos en Alcalá de Henares. El cometido de dicho organismo era dar mayor impulso a las expediciones ultramarinas.

El 7 de febrero de 1717 ya se contaba con los 37 primeros futuros alumnos. La mayor parte eran vascos y habían embarcado en Pasajes en los navíos “San Luis, “San Fernando”, “San Juan Bautista”, arribando en Cádiz el 13 de mayo, lo que hace pensar pudiesen iniciarse las clase el 15.

El cuerpo de guardiamarinas estaba considerado como tropa de la Casa Real.

El primer guardiamarina de los inscritos en febrero de 1717 fue D. Esteban Reggio y Gravina, príncipe de Yache.

La banda de música con que contaba la compañía era muy popular en Cádiz. Los conciertos que se ofrecían en el Ayuntamiento con ocasiones de las proclamaciones reales, corrían a cargo de ella.

El uniforme lo costeaba el Cuerpo y se renovaba cada dos años. Percibían de sueldo quince escudos de vellón al mes.

Al principio se exigía para ingresar en la academia, prueba de nobleza o ser hijos de militares de empleo no inferior a capitán; pero de estudios sólo se pedía examen de las cuatro reglas. La edad exigida era entre 14 y 18 años. Con estas condiciones se le entregaba la carta orden de guardiamarina. Podrían ingresar sin acreditar cuarteles de nobleza y con más edad, pero en calidad de aventureros. De esta forma ingresaron marinos ilustres.

El mismo año de su creación la compañía opera con tropas de la Casa Real, con las Reales Guardias Españolas y las Valonas, en la compaña de Cerdeña. En agosto de 1717, cien guardiamarinas a las órdenes de Navarro embarcan en el navío Real. Formaba parte de la primera expedición de Alberoni confiada al Marqués de Mari. En menos de dos meses se posesionaron de la isla, distinguiéndose notablemente los cadetes en la ocupación de Caller. Al regresar la expedición se inició un incendio en el navío, poniéndose a prueba en los trabajos para sofocarlo el temple y arrojo de los guardiamarinas.

El Zar Pedro el Grande de Rusia dispuso el traslado a Cádiz de una veintena de aristócratas que iniciasen la plantilla de la Armada Imperial. Una anécdota, uno de ellos, Alejo Bolosens, falleció el 24 de agosto de 1719, mientras cursaba los estudios y parce fue enterado en el Hospital Real, de Cádiz, que por entonces pertenecía a la Marina. En las mismas circunstancias, un par de años antes, en noviembre de 1717, había fallecido el guardiamarina sevillano Juan Manuel Negrete Alcántara, fue inhumado en la Catedral gaditana.

“Las Ordenanzas e Instrucciones que se han de observar en el cuerpo de la Marina de España” julio de 1717, conocidas por “Ordenanzas de Patiño”, trata en capitulo VI, “De los cadetes o Guardia Marinas”, y dice: “ Los cadetes embarcados, se deben principalmente considerar como gente de guerra y parte principal de la que guarnece los navíos; y consiguientemente, deben ejecutar lo mismo, que los soldados, que se hallen en ellos en lo tocantes a guardias, con la sola diferencia del paraje, y forma con que se les mandará ejecutar por los capitanes de los navíos…”

La academia tenía imprenta propia, que presentaba los trabajos más cuidados de la época. Más tarde imprimiría libros tan conocidos como el “Compendio de Navegación para el uso de caballeros guardiamarina”, de Jorge Juan; Aritmética, Geometría y Trigonometría rectilínea; Artillería. En 1790 ya la academia en la Isla, Mazarredo publicaría sus “Lecciones de Navegación”.

El 2 de marzo de 1728, los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio, vista Cádiz. Desde el balcón del Ayuntamiento presencia una parada militar. La Compañía de guardiamarinas formaba con otras fuerzas, a la derecha de la guarnición en la Puerta de Tierra y en el desfile realizaron evoluciones y ejercicios de manejo de armas.

La “Posada” tenía pared mediadora con el Ayuntamiento, por cuyo uso se entabló pleito con el conde de Alcudia, hasta que por un reconocimiento pericial se demostró que formaba parte de la antigua muralla, propiedad por tanto de la ciudad.

La posada de la Academia, se conoció más tarde como “Posada del Caballo Blanco”, por estar instalado en ella un teatro para aficionados que llevaba aquella denominación.

Al trasladarse el Departamento a la Isla de León (San Frenando) por decisión de Carlos III, la academia queda instalada en la “Casa del Sacramento.

El destino del primer centro docente militar de España fue. A fines de 1770, al haber aumentado la guarnición de Cádiz, es habilitada la academia para albergar tropas. Al quedar desocupada fue arrendada por un particular.

Al objeto de ampliar el edificio, el Ayuntamiento la adquirió a finales de 1861 la academia que era contigua y posteriormente la posada, parte de cuyo solar fue destinado a vía pública. Finalizaron las obras en 1864.

Plano donde estuvo ubicada la Academia de Guardiamarinas y La Posada de la Academia en el barrio del Pópulo

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