Según la tradición en torno al mil antes de Cristo van a llegar a las costas de las islas gaditanas los colonos orientales: los fenicios.
A partir de entonces van a primar las ventajosas características geográficas del lugar, su situación privilegiada a la salida del Estrecho, su puerto natural, etc., sobre los inconvenientes que le imponía el medio físico (escasez de agua, limitación territorial, vientos, etc.).
Las referencias sobre el asentamiento púnico de la ciudad se recogen preferentemente en los textos de Estrabón, Plinio, y Pomponio Mela.
La más detalladas se encuentran en el de Estrabón, que utiliza dos fuentes principalmente: Poseidonios y Polybios, que estuvieron en Cádiz hacia el 1000 a.C. y recogieron tradiciones sobre la fundación de la ciudad.
Estas hablaban de dos expediciones previas realizadas por los fenicios de Tiro, sin resultados: en la tercera expedición fundaron Gádeira, y alzaron el santuario en la parte oriental de la isla, y la ciudad en la occidental.
Se suele apuntar como fecha de fundación de la ciudad en torno al 1100 a.C. Este dato cronológico, sin embargo, es en la actualidad motivo de análisis. En la elección de ambos emplazamientos –santuario y ciudad- debió tener un papel decisivo la posibilidad de agua en los mismos.
En el Santuario la disponibilidad de agua debe ser considerada como necesidad para el desarrollo del culto. Son precisamente los pozos de este santuario a los que más extensamente se dedica el texto de Estrabón.
Según Polybios, hay en el herákleion de Gádeira una fuente de agua potable, para bajar a la cual hay que descender algunos peldaños; su régimen es inverso al del mar, ya que desciende en la marea alta y se llena en la baja.
En la referencia que tomo Estrabón de Poseidonios, se amplia en parte esta cita: “… hay dos pozos en Herákleion y un tercero en la ciudad”.
Un hecho va a llamar la atención en los pozos de agua del santuario y es un amplio debate donde se alternan el fenómeno éste último en los siguientes términos:
“… el más pequeño, como continuamente se le saca el agua, se va agotando al mismo tiempo, llenándose de nuevo al cesar en su extracción; el mayor tiene agua durante el día; pero como todos los demás pozos, disminuye al extraerla, llenándose de noche porque nadie saca. Puesto que el reflujo coincide a menudo con el momento en que este pozo se llena, las gentes del país ha podido creer en una oposición entre el régimen de dicha fuente y el fenómeno de las mareas.
El emplazamiento de este primitivo santuario sigue siendo un enigma en la historiografía local. Su localización aún se mueve en el terreno de las hipótesis, en tradiciones y noticias que no se han documentado arqueológicamente. Por tal motivo los datos sobre el régimen de los pozos del edificio, así como la utilidad de los quedan faltos de comprobación. A pesar de ello, y en una primera aproximación, siguiendo el mismo texto podemos apuntar que el edificio se encontraba muy próximo al mar, y que éste por efecto de las mareas llegaba a inundarlo en su parte inferior:
“… la mar había cubierto diez codos de altura de los fundamentos en que se alza la nave del Herákeion y de la escollera que precede al puerto de Gádeira”.
Esta relación de proximidad al mar les lleva a plantearse el hecho de que dentro del edificio existiera algún pozo que quedara dentro del radio de acción de las mareas. Si a ello unimos la fama que tuvo el santuario en la Antigüedad y el uso continuo de sus aguas descrito por que se apunta, en tanto se iba recuperando el freático del pozo.
El Asentamiento
En la elección del emplazamiento para la ciudad, se debió contar con las posibilidades de abastecimiento de agua a la misma. Han considerado a la Gades romana como una evolución del asentamiento púnico, por ello son validos los datos que Estrabón aporta en época romana.
La existencia de pozos en el emplazamiento púnico es comentada por Posedonios como se apuntó anteriormente. Aunque no le presta demasiada atención:
“Han oído también que hay pozos en los huertos de las afueras de la ciudad y dentro de la misma; pero la mala calidad del agua, aquí se suele preferir la de las cisternas…”.
Se da en este momento histórico la explotación de los recursos: por un lado los pozos, y por otro la construcción de cisternas para la recogida del agua de lluvia.
Tampoco existe referencia arqueológica sobre el emplazamiento púnico de Gadir, ni sobre su localización concreta dentro del contexto urbano actual, aunque al respecto plantearon una hipótesis sobre su ubicación en el alto de la Torre Tavira.
Algunos autores han apuntado como pozo de la ciudad el denominado de la Jara. En las recientes excavaciones para la construcción de un aparcamiento subterráneo en esta zona (Plaza de San Antonio) se constató un importante freático que ha sido necesario encauzar, así como una serie de resto arqueológico de los cuales aún no existe publicación oficial; pero en ningún momento han aparecido materiales relacionables con la ciudad Fenicio-Púnica.
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