Son uno de los elementos más característico de la arquitectura gaditana.
Sin otros procedentes en la arquitectura de la baja Andalucía se le atribuyen influjos norteafricanos.
Generalizado su uso entre los siglos XVI y XVII, en la maqueta de la ciudad del Museo Histórico Municipal, se pueden contar hasta 160 miradores.
Sus características generales son: planta cuadrada, uno o dos pisos, grandes vanos de arcos de medio punto separados por columnas y cubierta rematada en un cuerpo cupulado o a cuatro aguas con artesanado de madera al interior y tejas al exterior.
La decoración varía de una a otra jugando con el uso de materiales policromos, ladrillos y cerámicas, pilastras, cornisas y molduras, más o menos voladas, y materiales nuevos como herrajes y cristales.
Su funcionalidad es doble; servir de lugar de recreo y reunión, luminoso y al abrigo de los vientos y constituirse en observatorio e información del tráfico comercial de las flotas que atracaban en el Puerto.
Se distinguen cuatro tipos de torres:
- Torres de Terraza; las características generales de las torres son: planta cuadrada con cubierta plana y exterior de azotea con pretiles, se eleva un piso a ambos lados de la fachada principal del edificio, en cada uno de sus frente un vano rectangular franqueado por pilastras pareadas de tipo toscano en cada uno de sus lados, repitiendo la articulación del tercer cuerpo del edificio
- Torres de Sillón; los cuerpos de estas construcciones se resuelve con gran sencillez, igualmente cuadradas, culmina su último piso con un cuerpo elevado que ocupa la mitad aproximada de planta general de la torre, la terraza de este último cuerpo se accedía por una escalera móvil y desde ella se oteaba el horizonte en busca de noveda.
- Torres de Garita; es el tipo más extendido y consigue la función de la torre-mirador, recibe el nombre de garita por ser una la que sirve para dar la salida a la escalera que sube a la terraza de la torre, a la vez de ser observatorio desde donde se otea el horizonte, pues la escalera de caracol por donde se accede a la terraza se prolonga por el interior de la garita y termina en un sillín, donde se sentaba el dueño, a través de unos pequeños óculos practicados en el mismo tambor o en la cupilla podía introducir el telescopio. Al coronar la torre en uno de sus lados un cuerpo poligonal acabado en cúpula.
- Torres de Sillón y Garita; este tipo es el resultado de una fusión entre las dos anteriores. Con ello se consigue añadir más altura al superponer al último cuerpo de la torre de sillón una garita en uno de sus extremos, de esta forma se consigue un acceso más cómodo a la terraza alta, a la vez que un punto de mira más resguardado desde la garita y con horizonte más amplio.
Las ordenanzas municipales en 1792 prohíben su construcción por inutilidad y peligro de derrumbamientos.
Las torres más antiguas que se conservan en Cádiz tal como explica Juan Alonso de
En la actualidad las mayorías de ellas están reformadas, también se las conocen como Torres Vigías
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