Existe documentación de la existencia de un complejo fabril para la planta americana
La fabrica gaditana desde su instalación, y a diferencia de otras española, se especializo en la elaboración de cigarrillos y también se diferenciaba de las otras por acoger a empleadas femeninas, a las que se consideraba mejor capacitadas para la minuciosa y delicada labor a la que estaba dedicada la fábrica, y que, además eran menos costosas, en cuanto a salarios, que los hombres.
Hasta 1829 el Ayuntamiento cedió al Estado el edificio de la antigua Alhóndiga, en la calle del Boquete, hoy Plocia, que había sido construido en 1694. La alhóndiga fue reconvertida para establecerse allí
La cesión de mantendría en tanto el edificio tuviera usos tabaqueros, pues al dejar de tenerlos, debería revertir la propiedad en el municipio, como a finales del siglo XX ocurriera.
En las nuevas instalaciones la producción tabaquera gaditana cobró nuevo impulsos, convirtiéndose la fábrica en modelo para otras españolas, cuando a principios del XIX, el cigarro desplazó casi por completo a las demás formas de consumo de tabaco: en polvo o en rapé.
Al mismo tiempo, la mecanización y la modernización de las instalaciones propiciaron la ocupación de jornaleros masculinos, que nunca tuvieron la importancia de las operarias.
Hacia 1845 trabajaban en la fábrica gaditana 1224 mujeres y 65 hombres (total 1289), que se dedicaban a las labores de picado y elaboración de tabaco, así como a la realización de cigarros y cigarrillos.
El equipo directivo, sin embargo, era masculino: 1 director, 1 contador, 4 oficiales, 1 escribano, 2 escribientes, 1 portero, 2 capataces, y en cuanto a mujeres, 4 maestras fijas y 8 jornaleras, además de dos porteras.
En 1852 el trabajo había aumentado y la plantilla de operarias alcanzaba a l800 personas, con ocupaciones fundamentalmente femenina, e incluso infantiles, que percibían salarios muy bajos.
Es de destacar que en
Desde 1862, la dotación mecánica se había ampliado con tres nuevas maquinas de picar tabaco.
Pese a la evolución favorable, parece que la producción tabaquera no fue ajena a las crisis gaditanas de finales de los años sesenta, lo que pudo ser la causa del cierre de la fábrica en agosto de 1870, por el plan de reformas del ministro de Hacienda, a la gestión de los alcaldes don Juan Valverde y su sustituto, don José María del Toro, que insistieron en nombre de la ciudad, sobre la necesidad del mantenimiento de la industria y los puestos de trabajo para Cádiz, fue restaurada por Real Decreto en junio de 1871, costeando la ciudad la reinstalación del mobiliario y artefactos propios, en 1876 la ocupación tabaquera de la fábrica volvía a acercarse a los 2000 operarios.
En 1881, el ayuntamiento volvió a tomar la iniciativa sobre la fábrica, dándole nuevos impulsos, se propuso la construcción de un nuevo edificio mejorando su arquitectura y procurando el embellecimiento de la ciudad, se iniciaron las obras en 1883, y se terminó a mediado de 1885 y la hacienda Pública se comprometió a da trabajo a cerca de 4000 operarios.
La gestión de la fábrica fue cedida a una “Compañía Arrendataria” que contra lo previsto no cumplió con el índice de la ocupación laboral, incluso bajo el personal existente de ante de la reforma del edificio.
El Ayuntamiento protesto ante el gobierno en 1890 con todas las razones a su favor.
Por la fecha de 1904, la ocupación laboral apenas superaba el millar de puesto de trabajo, la “Compañía Arrendataria” seguía sin cumplir.
Hasta que tabacalera cayó en manos privadas, y con ello llego la decadencia.
El Expediente de regulación de Empleo propuesto por la multinacional inglesa-nueva propietaria del grupo Altadis-y que empezó a negociarse, plantea dejar en la factoría gaditana sólo 65 trabajadores y la primera medida es la prejubilación de los mayores de 52 años, que se hará efectivo el 31 de diciembre de 2009, y una vez más, ellas serán las que encajen el mayor golpe, siendo 195 empleados que superan dicha edad, 153 serán mujeres y 42 hombres, según dato de CCOO.
El resultado de este fuerte recorte laboral es que a partir de 2010 sólo permanecerán en la fábrica de Zona Franca 23 mujeres frente a 70 hombres, por primera vez en la historia, el personal masculino será más numeroso que el femenino.
Ni siguiera puede decirse que sea el balance final de esta nueva fuga de empleo en industria en
El edificio de tres pisos de altura y de planta irregular, formando una manzana exenta. La fachada es sobria en su decoración y de ladrillo visto, la cubierta es de cerámica vidriada. Su estilo es neomudejar.
A finales del siglo XX, tras dejar de cumplir sus funciones fabriles, al trasladar la actividad tabaquera, el edificio fue remodelado para adaptarlo a Palacio de Congreso
Hola María Jesús: precioso comentario en Recuerdos de todos los que trabajamos en esa fabrica un saludo
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