Santa María

El barrio de la Merced, de los más antiguos de la ciudad, se extendía desde las Puertas de Tierras a la Plaza de San Juan de Díos, incluyendo el popular barrio de Santa María. Los barrios se unifican y pasó a llamarse Santa María.

La ermita de Santa María, situada en el camino de la villa hacia extramuros da nombre al barrio, en 1527 se transforma en el convento homónimo que aún existe en dicho lugar.

Nace Santa María como ampliación de la villa medieval, allá por el siglo XV, ya no se cabía dentro de aquellas murallas, sin necesidad de Plan General de Ordenación Urbana, se empieza a construir con todo sentido al lado del camino que venía desde tierras firmes. Este camino era la calzada que comunicaba la antigua Gades con todo el Imperio Romano.

El primer grabado de nuestra ciudad, en 1567 nos informó sobre la imagen de un gran muro con puerta, antecedente de las murallas modernas, que defendía al barrio y desde luego a la ciudad, el muro no muy bien acabado, se salto el conde de Essa con sus tropas en 1598 y arraso, expolió y quemo Cádiz.

No lo podemos ver, pero sabemos por los historiadores que existió aquí junto a las murallas un anfiteatro, esta documentado en gráficos de tiempo pasado en forma de círculo.

Echen ustedes un vistazo a las murallas empezando desde la izquierda con el baluarte de san Roque y terminando con el de Santa Elena a la derecha. El lienzo imponente entre ambas defensas, tiene en el centro la única puerta, que hubo y ahora vemos (Las Puertas de Tierras).

Del lado en que estuvo aquella primitiva ermita de San Roque, estaban los depósitos que suministraba agua a la ciudad. El agua se traía por conductos hechos de piedras labradas, huecas en forma de tuberías.

Todavía hoy podemos ver elementos sueltos de este conducto en la plaza de Asdrúbal, en el extramuros, el agua venia del tenpul más lejos de Jerez.

Un poco más al centro estaba el anfiteatro, era pequeño tenia 40 metros entre sus extremos. En el siglo XVI el anfiteatro había ya dados sus sillares de piedra para otras construcciones.

El caserío histórico del barrio de Santa María está rodeado por una colección de edificios y circunstancias singulares, sus viviendas altas y de cierta entidad, que recuerdan un pasado más generoso, tenía todas las virtudes de un barrio portuario. Un poeta gaditano escribió que estas casas son como “proas cortantes de galeones”.

Son inconfundibles. Así es todo el barrio con muy pocas excepciones actuales, deténgase por un momento y observa, no sólo aquí, sino en otros sitios de Cádiz ocurre esto.

El barrio se nos anuncia con una frente de fachada sobre un murete, restos de las murallas de San Roque. Pero las casas “de época” son las que tienen las típicas cornisas gaditanas y empiezan a verse conforme bajamos la Cuesta de las Calesas.

A la derecha de la cuesta de las Calesas nos encontramos el baluarte de Santiago, al final de la cuesta nos tropezamos con el convento de Santo Domingo, (nació este lugar dominico en 1630 como hospedería para los misioneros de ultramar, en 1936 se levanta el convento y la iglesia, en ella se encuentra la patrona de Cádiz la virgen del Rosario) y la antigua Fabrica de Tabaco, hoy Palacio de congreso y exposiciones.

En su casco urbano no existe un solo rótulo, ni una sola mención que recuerde que por allí, por su suelo, pasaron fenicios, romanos y gente que venida de todos los lugares del mundo. No existe ni tan siquiera un solo resquicio que recuerde su generoso pasado atractivo y cosmopolita.

Su tarjeta de presentación es impresionante y casi única, recorrer sus calles estrechas y angosta, que evocan sueños y leyendas, calle Goleta, Plocia, Botica, Mirador, Suarez de Salazar, Antulo, Callejón de los Negros…; vías estrechas y misteriosa, contemplar sus casas-palacio y patios, y ver a su Nazareno cuando baja por la cuesta de Jabonería.

El barrio de Santa María es un barrio flamenco, en el nació La Perla de Cádiz, Enrique el Mellizo, Aurelio Sellé…