viernes, 19 de noviembre de 2010

Circos - Teatro

Teatro del circo


En el amplio patio del Hospital de Nuestra Señora del Carmen, en cuyo lugar hubo anteriormente establecido un picadero, donde los picadores adiestraban a sus caballos, se construyó en el año 1846 el “Circo Olimpia”, al que se tenía acceso por una calleja que desembocaba en la calle Maria de Arteaga.


El citado circo era de madera de gran amplitud y su techo estaba cubierto por un toldo de lona. El hecho de ser el primer circo que se estableció en nuestra Ciudad, atajo la curiosidad del público, el que le dispensó una favorable acogida que se prolongó muchos meses.


En el mismo actuó durante más de dos años y con un gran éxito una compañía ecuestre y gimnástica bajo la dirección de Paul Lalibean, dándose dos funciones diarias y tres los domingos y festivos.


Algunos años después, el Circo Olimpia fue adquirido por el rico propietario D. Pedro Bedoya y Serna, que lo transformó en teatro, bajo la denominación de “Teatro del Circo”, en el que a partir de entonces actuaron compañía dramáticas y líricas hasta el año 1863 en que, por fallecimiento de su propietario, desapareció dicho Teatro de Circo.


La calleja que daba entrada al citado circo, se rotuló con dicho nombre en 1855 por acuerdo municipal y al desaparecer dicho Coliseo, el Ayuntamiento ordenó cerrar dicha calleja.


Teatro Circo Romea


En el 1872, se construyó un teatro de madera, en el lugar que ocupaba el convento de los Descalzos, frente a la finca número 2 de la Plaza de Topete. Este teatro, que era de bastante capacidad, se denominó “Salón de Variedades” y su inauguración tuvo lugar el día 24 de Diciembre del mismo año, con las actuaciones del Antiguo Nacimiento de la Tía Norica, cuyas funciones con el mismo programa, se prolongaron hasta mediados del mes de Febrero del año siguiente. A partir de esta fecha, comenzaron a actuar en este Salón, espectáculos de magia e ilusionismo, se dieron algunos conciertos de violín y guitarra a cargo de destacados profesores, sí como algunas funciones dramáticas.


Algún tiempo después, tras ser ampliado notablemente y mejorarse sus instalaciones, dicho Salón fue transformado en teatro, bajo el nombre de “Teatro Romea”. Su inauguración tuvo lugar en 1876, actuando una Compañía dramática. A partir de entonces este teatro daba diariamente una función y los domingos dos. A la actuación de esta Compañía dramática, que se prolongó por espacio de un mes, siguió uan Compañía de zarzuelas, que dio más de cuarenta funciones.


Diez años después, el Teatro Romea fue desmontado para alzarlo de nuevo en el centro del lugar de la explanada de aquellos contornos, ampliándose nuevamente y modernizándose sus localidades, formándose un Circo-Teatro con la misma denominación, cuya inauguración tuvo lugar en 1886, actuando una Compañía de Zarzuelas.


Con motivo de urbanizarse por el Municipio aquellos lugares, para construir unos jardines, este Circo-Teatro se vio obligado a desaparecer, dejando un grato recuerdo entre cuantas personas fueron asiduos espectadores a sus sesiones.



Circo-Teatro de la Plaza de Candelaria


En el lugar que anteriormente estuvo situada la iglesia y convento de la Candelaria, los que dieron nombre a dicha plaza, cuyas edificaciones religiosas fueron derribadas por el Ayuntamiento que presidió D. Fermín Salvochea, a fines de 1873, se estableció en 1881 el “Circo de ambos Mundos”, el cual inauguró una Compañía ecuestre y gimnástica que dirigía el artista italiano Francisco Rizzarelli, la cual dio numerosos espectáculos, e incluso cuatro sesiones diarias algunos domingos.


La autorización por parte del Municipio para esta instalación, provocó las quejas de los vecinos de la plaza, ya que al derribarse la iglesia y convento de la Candelaria, el terreno que ocupaban los mismos fueron adquiridos al Obispo de la Diócesis por el Ayuntamiento, con la cooperación económica de algunos vecinos, para construir en su lugar amplios paseos y jardines. El permiso para la instalación del circo se concedió a D. Manuel María Luque por sólo cinco meses, para que pudiera dar cien espectáculos públicos, con la obligación de satisfacer un canon al Municipio por cada espectáculo y dar un beneficio al Asilo de la Infancia.


Durante los meses de Mayo y Junio de 1882, se levantó en el lugar que ocupaba el anterior, otro circo más bonito y de mejor trazado, construido de madera, con elegante portada de estilo suizo.


El citado local, al que se denominó “Circo Gaditano”, fue inaugurado el 22 de Junio del citado año, con la actuación de una Compañía ecuestre y gimnástica dirigida por Enrique Díaz, que obtuvo un gran éxito.


Algunos meses después, a este Circo se le hicieron las obras necesarias para convertirlo en Circo-Teatro, construyendo un escenario, la inauguración de este Circo-teatro tuvo lugar en 1883, actuando en dicha función una notable Compañía de Zarzuelas


A comienzo de 1884, el Ayuntamiento comunicó mediante notaria al propietario que en plazo de un mes debería quedar demolida dicha instalación y libre o expedito el terreno que ocupaba todo el material de la misma.


Tras la demolición del Circo-Teatro de la plaza de candelaria, se comenzaron a construir en dicho lugar paseos y jardines.


Circo-Teatro Gaditano


La inauguración de este Circo-Teatro, que se encontraba situado en la plaza de Jesús Nazareno, número 27, tuvo lugar en agosto de 1887. La empresa que tomó a su cargo este bonito y cómodo Coliseo, formó una Compañía cómico-lírica.


En esta función de inauguración, a la que asistió numeroso público, se representó “El Vizconde” y “Niño Tancho”, el baile se titulaba “Bolero”, de Director del cual vino D. Manuel Guerrero, que trabajaba en el Teatro Real, de Madrid.


La empresa que arrendó este Teatro contaba con el privilegio exclusivo de la representación de cuarenta obras nuevas, entre las que figuraban: “Los Lobos Marinos”, “Grandes y Chicos”, “Pepita Peris” y todo lo más selecto del repertorio nuevo español.


El patio de butaca era cuadrado y amplio, muy en consonancia con el carácter del teatro y las localidades de butacas, cómodas. A ambos lados había varios palcos y detrás una galería baja y una grada de anfiteatro. La galería alta estaba bien situada y reunía buenas condiciones de visibilidad y acústica. El alumbrado era suficiente y el decorado sencillo y elegante. La galería alta estaba sostenida por columnas de hierro y sobre la embocadura del proscenio había pintado un medallón representado las Bellas Artes y la Literatura.


La sala de este Teatro se transformaba en pista de circo, cuando actuaba en el mismo una Compañía ecuestre, en cuyo caso se modificaba el escenario, donde se establecía la cuadra de caballos.


Una de las mejores cosas que tenía este coliseo era la entrada y el vestíbulo, cuyo pavimento era de mármol y que recordaba la entrada del Gran Teatro, cuyo conjunto de detalles hicieron que en su época fuera el Teatro más popular de Cádiz.


En febrero de 1899, este Coliseo fue arrendado por un grupo de aficionados al arte teatral, los que constituyeron una Agrupación artística bajo la denominación de “Liceo Teatral Albarrán, la que estableció su sede en este local.


Al cerrarse este Teatro se estableció en dicho local la panificadora y fábrica de chocolate “Eureka”.


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