El triunfo de la rebelión de la dictadura militar entre 1936 y 1939, y la implantación de la dictadura franquista, relegaron los tímidos avances que en España habían alcanzado los derechos de la mujer desde finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX y durante la Segunda República española.
A la mujer, el franquismo se caracterizó desde un primer momento por la imposición del pensamiento patriarcal y autoritario, y por la separación social de los sexos. La mujer pasó de nuevo a ser considerada como una persona sometida a la voluntad del varón, imponiéndose uno de los rasgos esenciales de la implantación del pensamiento fascista sobre la mujer.
El principal elemento de esta nueva relación de dominio de dominio sobre la mujer fue la educación, que con la irrupción violenta del franquismo retorna a los principios pedagógicos del catolicismo más reaccionario del siglo XIX, y a la división de los contenidos educativos en razón del sexo. De esta manera se preparaba a las mujeres para que volvieran a ceñirse a su papel de esposa y madre, y sometida por el varón-primero el padre y los hermanos, después el marido- y limitada al ámbito doméstico.
La Historia tradicional ha relegado durante muchos años a las mujeres a un segundo plano cuando no al olvido más absoluto en la narración de nuestro pasado.
Hay estudios que comprueba la importancia que tuvieron estas mujeres en las guerras. Se comprueba que las batallas no sólo las ganan los hombres sino una colectividad, que al igual que lucha en el frente, organiza las diversas tareas de la retaguardia. Mujeres que no dudaron en echarse un fusil al hombro y partir hacia las líneas de fuego desafiando así el papel que la sociedad del momento les asignaba. Es cierto que fueron una minoría y se circunscribieron a las zonas leales a la República.
La incesan mayoría de las mujeres y en el bando sublevado, la totalidad, no combatieron como soldados pero desempeñaron una labor imprescindible sin la cual no se hubiera podido sostener la guerra.
La prensa no sólo reflejo con mayor o menor objetividad de una realidad, fuente de información sobre la misma. Las publicaciones tienen un valor fundamental como formadores de opinión, como constructoras y o divulgadoras de modelos sociales, de arquetipos en este caso femeninas, en los que mira el colectivo. En regímenes dictatoriales, donde existe censura, estos prototipos estarán fuertemente controlados por las autoridades y la imagen que se proyecta siempre es acorde a los intereses del poder. Este es el caso de Cádiz, rápidamente ocupada por los sublevados y que por tanto, vivió en plena Guerra Civil el régimen que se implantaría en toda España en 1939.
LA SECCIÓN FEMENINA
La Sección Femenina ocupó fundamental durante la Guerra Civil, sobre todo, durante el Franquismo convirtiéndose en enseña de los valores patrióticos del mismo y siendo utilizada su imagen como propaganda positiva de un régimen represivo y dictatorial. Todo ello justificaría la imagen de la mujer, su importancia y sus múltiples facetas.
ORIGEN E HISTORIA
La Sección Femenina nació en el seno de Falange Española, inspirada en la figura de José Antonio Primo de Rivera, su primer origen en el acto mismo de la fundación de Falange, el 29 octubre de 1933. En esos momentos, un reducido grupo de mujeres afines muestra interés por integrarse en el movimiento que surgía. Entre éstas, dos hermanas de José Antonio (Pilar y Carmen) y sus primas (Inés y Dolores) además de Mª Luisa de Aramburu. Su propuesta fue totalmente desestimada en ese movimiento patriarcal y masculino ofreciéndoles la opción de integrarse en el S.E.U. que se estaba organizando.
Será conjuntamente con un grupo de jóvenes de este sindicato y con mucha insistencia, como lograrán ingresar en Falange en 1934.
En ese momento queda constituida oficialmente la Sección Femenina integrándose, como una rama subordinada a la jerarquía masculina y encargándosele a la misma las tareas asistenciales hacia los camaradas y familiares de estos que sufrían represión en estos momentos.
El único discurso pronunciado por José Antonio Primo de Rivera en referencia a la mujer indica claramente cuál sería la visión de Falange sobre la misma, un arquetipo de feminidad y subordinación al varón que se transmitiría por toda la organización.
Su emblema al igual que el de Falange será el yugo y las flechas, al que le añadirían como patronas a Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús, figuras históricas adecuadamente “moldeados” para representar el arquetipo de mujer que defendía Sección Femenina.
El Estatuto de la SF estableció en 1934 otorgada un papel primordial a Pilar Primo de Rivera, que será Delegada Nacional de la organización durante toda su historia. Será ya comenzada la Guerra Civil, en abril de 1937, cuando se produzca el Derecho de Unificación que acabe configurar el papel de Sección Femenina dentro del Movimiento.
El decreto se compuso de tres cargas nacionales que dividían las parcelas de competencias. Coordinando “Frentes, Hospitales y Auxilio Social. Sección Femenina quedaba destinada a la formación de la mujer de esta Nueva España que iba surgiendo.
La tarea de formación empezó en la misma guerra, mediante la realización de diversos cursos, en el conflicto, las mujeres de Sección Femenina También se afamaron en el campo de la asistencia y ayuda, incluso interfiriendo en parcelas que ya no les correspondían.
En el plano educativo, el arquetipo estaba bien definido y a él consagraría sus esfuerzos las falangistas de Sección Femenina: la perfecta madre y esposa, basándose en tres pilares básico: la Religión como moral, la conducta nacionalsindicalista como patrón y el cuidado del hogar como deber. Solo así obtendríamos una mujer “útil” para nuestra Nación.
Tras acabar el conflicto, la Sección Femenina alcanzará unas cotas de poder, sobre todo en el ámbito educativo, muy importantes junto a un gran número de afiliadas. La educación de la mujer, reglada legislativamente por el Régimen en parte encomendada a esta organización otorgándose altas cotas de responsabilidad en esta labor.
Las Sección Femenina tiene una enorme presencia en las publicaciones gaditanas, entre ellas la falangista Águila, que le dedica numerosos artículos. La Sección Femenina anuncia prácticamente todos los actos que realiza en las páginas de las tres publicaciones gaditanas, los encontramos en la prensa bajo el rótulo siempre destacado de Sección Femenina de Falange Española.
Son escritos largos pero directos, al modo de proclamas que pretender despertar en la mujer española, y más concretamente en la falangista, el deber y gozo de servir a la Patria.
En ellos se detalla hasta el más mínimo aspecto del comportamiento de esta mujer ideal pero sobre todo se centran en repetir y explicar cada uno de los puntos del programa de la mujer nacionalsindicalista. En ellos se describe una mujer disciplinada, humilde, religiosa y obediente.
Esto hoy seria lo más parecido a una sexta, tiene las mismas ideologías, ¿¿¿como les lavamos el celebro a las personas???, pero en este caso a las mujeres. No hay peor enemigo para una mujer, que otra mujer.
cartilla Sección Femenina
La mujer en tiempo de la dictadura franquista, para poder trabajar en un ente público tenía que hacer unos cursillos que lo demandaba La Sección Femenina, de lo cual el curso no tenía nada que ver al puesto de trabajo que ibas a desempeñar, en la época que a mi me tocó hacerlo sólo se dedicaba a enseñarte labores del hogar, y había practicas que solía hacerse en guarderías principalmente de los cuales te dedicaba a cuidar niños.
Te entregaban una cartilla, para que en ella el tiempo que duraba el curso unos seis meses, mes por mes te lo sellaran y firmara la jefa de la institución; en el sello ponía “Escuela Hogar De S.F. Cádiz”. Y cuando acababa te daba un certificado como de que lo habías hecho y con nota.
certificado de la sesión femenida
Información sacada del libro "La Imagen de la Mujer en la Guerra Civil" de la autora María Virtudes Narváez. De la biblioteca gaditana José Celestino Mutis.
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