Baratillo de Cádiz

Acerca de estos puestos, más o menos extensos, lo que aquí conocemos con el nombre de baratillo y que tanta aceptación tuvieron siempre en Madrid.

Allá por el año de 1760 y por auto del gobierno, se dictó contra dichas instalaciones de cosas usadas, ya que algunas no resultaron tan viejas, lo siguiente: Que respecto a haberse recogido de los puestos que llaman baratillos muchas llaves de casas y puertas, conllevando a múltiples robos que se cometían con llaves y limas en el año de 1758 de modo que estaba a arbitrio de los malhechores la aperturas de ellas, (entonces se establecían por la Plaza de San Juan de Dios).

En Cádiz estuvo establecida la costumbre de que los dichos puestecillos de cosas viejas o simplemente usadas se instalaran diariamente.

En 1913, las afueras del mercado recobraron los siempre animados aspectos que le dieron en todo tiempo las instalaciones de puestos y baratillos, verdaderos zocos cristianos, cuyo colorido y tipismo es algo sui generis en las costumbres y tradiciones gaditanas:

El típico baratillo gaditano, que a su vez de ¡Se compra botellas blancas y negras…! Recorrieron nuestras calles y plazas, dejando en cada una la estela de su pregón.

En la actualidad, por motivos de la reforma del Mercado Central de Abastos, (o conocido popularmente por todos los gaditanos La Plaza), este tipo de mercadillos se exponen todos los domingos por la mañana, en la acera donde se encuentra el edificio de la Faculta de Filosofía y Letras.

Pero yo me voy a pronunciar, por aquellos baratillos que se podían encontrar por cualquier barrio de Cádiz, instalados en pequeñas accesorias abarrotadas de todo tipos de cachorros y enseres, yo cuando pequeña solía ir a venderle el pan duro que iba recogiendo, tanto de mi madre como de las vecinas y así reunía unas pesetillas, también solía apilar periódicos, revistas o cualquier tipo de papel, y al igual que el pan lo vendía al peso.

Hoy en día los baratillos de accesorias se han casi perdido, por no decir perdidos del todo. Recorriendo un día las calles del casco antiguo encontré algunas reliquias de aquellos antaño baratillos de Cádiz, y recordé esa época, la de mi niñez, y me dije a mi misma tengo que buscar información y escribir sobre los baratillos de Cádiz, pero solo encontré información acerca de los puestecillos ambulantes

baratillo de la calle Sagasta

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