El escudo de Algodonales: Es de plata con una casa ardiendo en llama de oro y gules; bordura de gules con la inscripción "Por la Independencia Nacional".
Algodonales se encuentra situado en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz, su término, rodea por un conjunto de sierra, configura al sistema su-bético.
Desde el punto de vista comarcal, algodonales
forma parte de la comarca de la
Sierra , de la puede configurar un claro ejemplo no sólo por
sus carácter físicos, sino por su realidad social y económica.
Su término municipal tiene una extensión de
135,5 km2 lo que la sitúa entre los municipios de mayor superficie
de la Sierra.
El relieve, igual que ocurre en toda la Sierra , es el factor
natural más característico. Numerosos aspectos y no sólo geográficos, tales
como suelos, clima, hábitat, tipos de cultivos, etc.
Tras el análisis de la Topografía del termino
municipal de Algodonales, su red hidrológica que está organizada por el río
Guadalete, el curso de agua de mayor importancia y que cruza todo el término.
El clima de esta zona se incluye dentro del
ámbito mediterráneo, pero la privilegiada orientación y la altura media de sus
relieves hacen que las precipitaciones sean semejantes e incluso superior a
puntas de la España
húmeda.
SU HISTORIA
En el término de Algodonales, al igual que en
toda la Sierra
de Cádiz, se han llevado a cabo pocas excavaciones sistemáticas. Lo poco que
conocemos se debe a hallazgo suelto casual y a referencias en algunos libros
antiguos.
Los primeros restos prehistóricos en el
término de algodonales corresponden al período Neolítico; son tres yacimientos
en cuevas: Cueva Santa, cueva Chamusquina, Castillejo.
Durante el Neolítico, en la Sierra de Cádiz, los
asentamientos son fundamentales en cueva.
Un tercer período de la Prehistoria es la Edad de los Metales,
subdivididas en Edad del Cobre, del Bronce y del Hierro. El cobre fue
endurecido al descubrirse el estaño, que aleados darían el bronce, metal de
mayor dureza.
Este sería el origen de la riqueza de
Tartessos y de las colonias fenicias del litoral de la provincia de Cádiz.
La entrada en la Edad del Hierro de la zona
mediterránea de la península Ibérica, se explica por la llegada de pueblos
colonizadores: fenicios, griegos y celtas.
Aparecen ahora en la Sierra poblados fortificados
que van a mantenerse en época romana. Un ejemplo será el yacimiento del Cerro
de la Botinera ,
al Este de la sierra de Líjar. Por todo el cerro abundaban restos de cerámicas
ibéricas y romanas e igualmente se ven restos de construcciones; fue sin duda
una ciudad de relativa importancia.
Aparecen también en el término de algodonales
restos sueltos, difíciles de encajar, porque aparecen sin contextos de ningún
tipo.
En algodonales, el yacimiento del Cerro de la Botinera , sigue
habitándose durante la dominación romana y en él han aparecido numerosos restos
de esta época. Es de destacar un enterramiento donde se encontró un espejo de
bronce, un colgante y una placa de ungüento.
Otros yacimientos de de la época son el Cerro
de la Camarena :
se halla al sur de Algodonales, cerca del cementerio. En él se han encontrado
monedad y unas funerarias. El Cerro del tesorillo (en la finca el Castillejo a
sur de Botinera), donde aparecen restos
de construcciones hidráulicas. El cortijo de Las Columnas, cuyos cimientos
parecen que corresponde a una antigua villa romana que fue fortificada en la
edad Media pero que, hoy en día, aparece muy reformado.
El cortijo del Alamillo, aparecieron restos
de tres columnas de piedra; el yacimiento hoy se encuentra arrasado. Igualmente
se puede hablar del puente viejo sobre el Guadalete, al que algunos autores
atribuyen elementos romanos.
Harían falta excavaciones y estudios
sistemáticos en todos estos lugares para tratar de establecer los modos de la
vida en la Sierra
de Cádiz durante la
Prehistoria , la Protohistoria (época ibérica), la época romana e
incluso en la edad Media (dominación musulmana y posterior reconquista).
INVASIONES BÁRBARAS
De los cuatros pueblos bárbaros que
invadieron la Península ,
suevos, vándalos, alanos y visigodos, sólo merecen la pena destacar a éstos
últimos, porque fueron los creadores del primer estado español.
Pocas fuentes escritas y pocos restos quedan
de este período que abarca desde el siglo V al VIII. Y aún menos en la Sierra de Cádiz que no fue
un área de fuerte asentamiento visigodo.
Algunos historiadores hablan de asentamientos
castrenses (militares) visigodos en la Bética.
En Andalucía siguió siendo mayoritaria la población
hispano-romana. Han aparecido, sin embargo, embargo algunos restos en la
provincia de Cádiz.
En las huertas yendo hacia Zahara, por la
cuesta de los Yesos y la carretera que va a Ronda, zona donde estuvo el más
antiguo Algodonales, aparecieron junto a una base romana de mármol blanco,
ladrillos visigodos de decoración y una moneda visigoda, un trines. Futuras
excavaciones pueden arrojar más luz sobre este periodo.
Con la conquista de la Península llegan
numerosos grupos árabes y bereberes con la idea de establecerse en el país.
Parece que la serranía se puebla sobre todo a base de bereberes.
Pocos datos se tienen sobre la vida en la
serranía gaditana durante la dominación musulmana. La aldea de Los Algodonales
no había sido todavía fundada, pero se supone con suficiente lógica que el
sitio donde se asentaría Algodonales en el siglo XVI hubiera sido un lugar
poblado anteriormente, dada su fertilidad, cuando la zona fronteriza entre
castellanos y musulmanes estuvo lo bastante alejada como para que no supusiera
un peligro para sus habitantes.
Escaso pero interesantes testimonio a fines
del siglo XVII de Rodrigo Caro escribia: “Podría ser que esta villa (se refiere
a Zahara) estuviese en mejores tiempos y más pacíficos la sierra de Líjar,
lugar que hoy llaman Los Algodonales. Allí vi hartos vestigios de antigua
población que aún hoy están en pie…” esto viene a ser ratificado en los
testimonios del pleito que tuvo lugar entre los vecinos de Algodonales y la
villa de Zahara, visto ante la
Chancillería de Granada en 1548. el motivo de la disputa se
cifraba en el arrasamiento, dos años antes, de unas cincuenta casas de la aldea
de Los Algodonales ordenada por el Consejo de Zahara, los habitantes de Los
Algodonales buscaron como testigos hombres que pudieron ser imparciales,
algunos vecinos de otras villas.
A lo largo de la historia la situación
geográfica de nuestra provincia, paso obligado entre dos continentes ha
representado siempre un importante papel en la distribución espacial de los
núcleos poblacionales que extiende sus redes sobre el territorio.
Los orígenes más inmediatos del actual
doblamiento gaditano hay que remontarse al período de la Reconquista.
La incorporación de las tierras gaditanas a la Corona castellana comienza
a mediados del siglo XIII, pero la completa ocupación de todo el territorio no
se llevaría a cabo hasta finales del siglo XV, en los inicios de la guerra de
Granada.
Tras la conquista de Sevilla, la comarca del
Guadalete se sometió a Fernando III por medio de pactos a por la fuerza, aunque
garantizando a los musulmanes una amplia autonomía. Alfonso X se ocupará de
consolidar el dominio castellano en la Baja Andalucía.
La
ocupación efectiva del valle del Guadalete, Golfo de Cádiz y sierras próximas
del Estrecho tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIII, tras el
sometimiento de la mencionada revuelta mudéjar.
Durante este período, la gran mayoría de los
asentamientos de nuestra provincia tuvieron una clara funcionalidad bélica, lo
que trajo consigo importantes repercusiones sociopolítico provocado, además,
una intensa señorialización. La nobleza protagonista destacada en las empresas
bélicas, conseguirá el dominio de la inmensa mayoría de las tierras gaditanas.
La revuelta y forzada conversión de la
población mudéjar trajo consigo la dispersión de la misma, lo que produjo
despoblaciones parciales en el interior del reino de Granada. Este hecho
demuestra, el fracaso de la repoblación realega de años anteriores y de la
política de asimilación de los moriscos, cuyo problema no sería resuelto hasta
la definitiva expulsión de éstos en el reino de Felipe II (1609).
En el siglo XVI, se lleva a cabo la
reorganización de las tierras nor-orientales de la provincia gaditana. Se
registra durante esta centuria, asimismo, la consolidación de núcleos derivados
de otras ya existentes, como los casos de Algodonales y El Gastor, creados a
partir de Zahara.
Estos núcleos no se crearon ya con fines
estratégicos, sino con fines claramente rentabilistas desde el punto de vista agrario o comercial.
Hasta que no desaparece definitivamente el
peligro musulmán, tras la conquista de Granada (1492) y queda definitivamente
pacificada la zona tras la revuelta mudéjar (1501), no se ocupa el lugar donde
hoy está emplazada en Algodonales. Solo entonces unos cuantos vecinos de Zahara
se atreven a bajar el lugar llamado los Algodonales, para instalarse allí
atraídos por la fertilidad del lugar y su mucha agua, construyendo las primeras
casas, labrando las primeras tierras. La aldea surgió, al parecer, en torno a
la fuente del Garrobo.
Hacia 1520 la parte alta de la puebla,
Cabezadas de las Huertas, fue objeto, al parecer, de un reparto de tierras
impulsado por los Ponce de León. Se pregonó el reparto en Zahara, Olvera,
Villamartín, y Arcos. En 1544 una fuerte
tormenta asola la villa de Zahara, cayéndose parte de la muralla y algunas
casas. A raíz de este sucesos un número indeterminado de personas se
trasladaron a los Algodonales.
La puebla durante el siglo XVII continuara
creciendo, no se sabe si por propia dinámica interna o por la llegada de nuevos
emigrantes.
El siglo XIII se inicia en España con un
cambio de dinastía. A la casa de Austria que había gobernado el país en los
siglos XVI y XVII sucede ahora la casa de Borbón. La Corona se convertirá en
protagonista de una serie de reformas económicas y administrativas que, en
determinado momento y grado, afectarán a la casa de los Arcos.
Todo esto supuso un gran paso hacia la
creación del Estado centralizado y unificado. El absolutismo de los Barbones
fue más patente que el de los Austrias.
Para situarnos, la puebla de algodonales
partencia al reino de Sevilla, dentro del cual se encontraban los estados de la
casa de Arcos, cuyo corregidor perpetuo era a mediados del siglo XVIII el
propio duque, quien a su vez era marqués de Zahara, dentro de cuyo término
municipal está situado Algodonales.
La puebla de Algodonales era señorío, calle y
barrio de la villa de Zahara, quien nombraba loe empleos de justicia para este
pueblo, de manera que uno de los dos alcaldes ordinarios, uno residía en Zahara
y otro en Algodonales. Como la mayoría de los municipios, de la villa de Zahara
y la puebla de Algodonales poseían bienes de Propios y Comunes.
Los pesos y medidas del término de Zahara se
regulaban conforme a los de la ciudad Sevilla. Los positos municipales
regulaban el comercio del trigo como una función social a través de préstamos a
los agricultores.
Por otra parte, el deseo de llegar a la
unificación tributaria motivó que durante el reinado de Fernando VI (1746-1759)
se intentara suprimir los complicados e innumerables impuestos directos e
indirectos. Los trabajos continuaron durante el reinado de Carlos III y, aunque
dificultades de todo género impidieron el triunfo de la reforma.
Al ser calle y barrio de la villa de Zahara
los habitantes de los Algodonales no poseían término propio, a pesar de ser
todo un mismo término, el pago de muchas contribuciones se realizaba por
separado, habiendo igualmente otra dos aldeas en termino que son el Gastor y la Muela. Con respecto a las
contribuciones, la del Gastor, toca a Zahara y la de la Muela a Algodonales.
El
siglo XIX comienza con la invasión del territorio español por las tropas
francesas. Durante seis años (1808-1814) los españoles lucharán por echar de
España a Napoleón y a sus tropas. Llevados a Bayona por Napoleón, Carlos IV y
Fernando VII abdicaron ambos y Napoleón entregará la Corona española a su
hermano José Bonaparte. Estos años de guerra supondrá para toda España años de
ruina y destrucción.
En 1815 se piensa en pedir la emancipación
del pueblo de la villa de Zahara. Se alega como mérito la actuación tan
valerosa frente al enemigo francés en la guerra de la Independencia.
Fernando VII accede a la petición, otorgándole título de
villa y un término propio de 23000 fanegas, incluida la sierra de Líjar y
jurisdicción sobre el mismo terreno y el sitio llamado la Reyerta , donde la ejercen
mancomudamente con Grazalema, Villaluenga, Benaocaz, Ubrique y Zahara y la
nueva de El Gastor, cuyas siete villas la disfrutan igualmente en unión de los
pastos. También entra dentro de su término la cortijada de La
Muela. El libro Becerro de Zahara, que
recoge todos los litigios habidos contras las villas vecinas, fue fundamental a
la hora de determinar los límites del nuevo municipio.
Los hechos acaecidos en el pueblo cunado el
ataque francés influirán en el escudo que ahora debe tener la villa; un óvalo y
dentro una casa ardiendo rodeada de llamas símbolo del pueblo incendiado y
arriba las letras P.L.I.N., que significan “por la independencia nacional”.
El origen de las agitaciones campesinas
andaluzas habría que buscarlo en el siglo XIX y parece que su causa más
importante es la disolución del régimen señorial. Las Cortes de Cádiz (1812) y
otras medidas posteriores (1837) terminaron con la existencia del régimen
señorial. Había dos clases de señoríos: el de tipo territorial y el
jurisdiccional. Si el señorío era territorial pasaba a convertirse en propiedad
privada de su señor; si era jurisdiccional, las funciones de justicia pasaban
al estado y la propiedad sería de sus antiguos cultivadores.
Aquí radica el problema, pues los encargados
de dirimir estos asuntos, los tribunales fallaban los pleitos normalmente a
favor de los señores, declarando invariablemente el señorío como territorial.
Los campesinos se sintieron estafados al despojarlos de algo que consideraban
suyo y a lo que creían tener derecho.
Con la desaparición de los señorios había que
reestructurar de nuevo el mapa administrativo español; en 1833 se establece la
división del país en provincia, la llamada reforma de Javier de Burgos.
Algodonales pasa a integrarse en la provincia gaditana y sale del recinto de
Sevilla, a donde había estado desde su fundación.
En último censo oficial de población de 2007,
Algodonales tenia 5.726 habitantes.
Algodonales desde el Cerro Coros
Libro: "Algodonales" de Jorge Arena Soler, Joaquin Fernandez Garcia y Manuel J, Palma Silgado,
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