
El 18 de agosto de 1947 estalla, a las mismas puertas de la histórica ciudad de Cádiz, un polvorín militar provisional donde se almacenaban unas 2202 cargas explosivas, pertenecientes a
A las diez menos cuartos de aquella fatídica noche del 18 de agosto de 1947, una deflagración provocada por unas 200 toneladas de trilita, tiñó el cielo de rojo intenso, ensordeció y aterrorizó a la población, destruyó todos los cristales de las casas y asoló zonas densamente pobladas, causando la muerte de casi un centenar y medio de habitantes, decenas de mutilados y miles de heridos de diversa consideración.
Para que nos hagamos una idea del alcance de la catástrofe, la explosión de Cádiz fue equivalente a la de diez mil coches bomba, lo que nos puede ayudar a imaginar los efectos, la impresión que provocó y el alcance de los daños.
La onda expansiva impactó de una forma directa y extremadamente violenta contra los barrios próximos de San Severiano,
El centro histórico se salvó gracias a
La deflagración de 2201 cargas de profundidad y minas submarinas en el Almacén Nº 1 de
El fogonazo fue tan espectacular que pudo ser contemplado incluso desde el acuartelamiento militar español ubicado en Monte Hacho (Ceuta).
De inmediato se fue la luz en toda la ciudad, enmudecieron las líneas telefónicas y se produjo el corte en el suministro de agua por daños en la tubería general de abastecimiento.
Se sumaban por tanto a la desgracias la incomunicación con el exterior, la falta de visibilidad para las labores de socorro, la carencia de agua para apagar los numerosos incendios que devastaban los astilleros y los alrededores de la base militar y la descoordinación de quienes evidentemente, no estaban preparados para una emergencia de tal envergadura, en 1947 no existía planificación alguna ante grandes catástrofe en materia de Protección Civil, entonces denominada “Defensa Pasiva”, por ello se aplicaron procedimiento militares, dirigidos por autoridades militares.
Los bomberos tardan en llegar al área del siniestro, teniéndose que emplear el agua de unos pozos existente en Bahía Blanca.
Los barcos de guerra surtos en el muelle, que ante la incertidumbre había encendido motores para salir a alta mar.
Al no poder contar durante horas con energía eléctrica, resultó imposible transmitir ayuda a los municipios cercanos, solo gracias a una radio galena propiedad de Transradio Española se pudo oír desde Jerez la dramática petición de ayuda efectuada a las costeras.
Los heridos comenzaron a llegar a los hospitales por centenares y a los pocos días las cifras de los atendidos superaban los 5000. El hospital de Mora se convirtió, por su categoría como hospital provincial y como sede de los departamentos de
Pero también se atendieron centenares de personas en el hospital de San Juan de Dios, el hospital Militar de la plaza de Fragela y más tarde a los hospitales de San Fernando.
Ahora sabemos que las bombas llegaron a Cádiz entre 1942-1943 procedente de diversos arsenales y dependencias militares de
Todas las cargas fueron estibadas en dos almacenes próximos entre sí en las instalaciones de
La versión oficial cuenta que las minas almacenadas en el polvorín no estaban en buenas condiciones de conservación y, a consecuencia del calor, se produjo la primera explosión; también corrió el rumor de que fue un atentado contra la dictadura franquista presente en España en aquella época.
Pero ni siquiera las investigaciones más recientes han podido clarificar las verdaderas causas.
Es un hecho que permanece muy vivo aún hoy en el recuerdo de muchos gaditanos. De vez en cuando, gracias a los investigadores y a los propios protagonistas o sus descendientes, se van conociendo nuevos datos y detalles acerca del suceso.